1. HALLOWEEN | JESSE

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Me incorporo un mechón de cabello rubio tras una oreja y clavo mis ojos en la alfombra parda.

—Tam... Tammy.

—Tamtammy.

—Tammy-corroboro con un poco de ira y pienso en su canción. Fuck you anyway, Jess.

—Genial, nena. Ahora dime qué diablos haces aquí.

Levanto los ojos de golpe y un nudo enorme se atora en mi garganta. Quiero gritarle un rosario de insultos o clavarle las uñas en los ojos al otro par de zorras que sueltan una risita patética al escuchar las irrespetuosas palabras que el idiota de Jess acaba de decirme.

—¡Ustedes me invitaron! —les recuerdo a este puñado de imbéciles. Debería ir encendiendo el GPS de mi móvil y pedir un taxi online antes de que me maten o los mate a ellos. Oh, no creo tener las agallas para esto último pero sí soy capaz de figurármelo en la cabeza.

—No, nena. Te equivocas —me dice el baterista de la banda que está echado sobre un sillón de dos cuerpos con una de sus chicas bajo un brazo. Su amigota es una pelirroja de bubis enormes, top negro, short de jean, medias de red y zapatillas Converse. No tengo su pelo rojizo, ni sus ondas ni la mitad del pecho al aire como ella, no cuadro con el prototipo de chicas que estos drogatas suele buscar. ¿Por qué me están haciendo esto si en verdad fueron ellos quienes me invitaron a venir?

—Sí que lo hicieron—lo contradigo con unas ganas de llorar enormes.

—Nop—vuelve a decir y mira a Jesse. ¿Quizá esto fue iniciativa suya?—. Aquel idiota tuvo la idea de traerte. Yo hubiese preferido a la rubia punk que estaba en primera fila.

Punk. ¿Conque así les gustan? Hice todo lo posible por vestirme de acuerdo al público de esta banda, no quería quedar fuera de tono pero nunca me imaginé que terminaría en este lugar donde lo más heavy de lo más heavy no llega a ser del estilo de estos chicos. Maggie, la hermana de mi mejor amiga me ha prestado unos jeans negros, una musculosa de tiras que reza "BABY PSYCHO BOMB" y me puse delineador negro demasiado remarcado. ¿Qué más quieren? No tengo tatuajes ni piercings, mi camiseta no muestra más de lo necesario y mi pantalón llega a los tobillos. Entonces, ¿qué diablos hago acá?

—Tienes...razón—mi voz tiembla mientras me pongo de pie—. Todos...ustedes tienen...razón. No sé qué hago aquí. Si se supone que no me invitaron a su fiesta superprivada, no entiendo qué diablos hago metida aquí.

—Waaaaaao.

Jesse aplaude lentamente y mira a los chicos con sorpresa. Los otros parecen no entender bien. Las chicas tampoco entienden pero ríen con tal de quedar bien con el imbécil.

—¿Qué? —le pregunto.

Jesse se pone de pie también y se acerca a mí.

-¡No puedo creer que Santa Tramcy dijo un insulto!

—¡Tammy! Tammy es mi nombre—le recuerdo conteniendo las ganas de darle un enorme puñetazo—. Y me largo de aquí...¡demonios!

—¡Eso es! —me anima Jees a algo que no entiendo. Me sigue provocando. Está demasiado cerca. Es como si me empujase a un precipicio. Huele a licor y marihuana. En cualquier otra situación me daría asco pero es imposible teniendo esos ojos negros que me envuelven, sus labios carnosos, sus músculos, sus tatuajes. Y diablos, ¡es Jesse!—. Tienes que sacar lo que llevas dentro, nena.

—¡No me llames "nena"!

—Bueno, bebé, no te enfades.

Presiono mis puños tan fuerte que mis propias uñas me hacen daño.

BESTIAS | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora