My First Kiss

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"Rápido, no nos van a alcanzar si nos escondemos en el baño."

Una vocecita traviesa pero llena de preocupación hace que el niño corra detrás de él o más bien esté siendo arrastrado por el otro que lo sujeta con fuerza porque si los hubieran visto cuando estaban en la cocina por robar pan para cenar, ya que estaban castigados y no podían comer esa noche, iban a terminar heridos seguro.

"Estoy cansado..." Dijo abrazando su oso con fuerza dejando sus pequeños pies arrastrarse y logrando por ende que su rodilla tocara el suelo y se raspara. Una lágrima salió de su ojo pero aún así volvió a ponerse firme y siguió sosteniendo la mano del mayor.

"Llegamos, haz silencio..." le dijo antes de que cerrara la puerta de uno de los baños y lo ayudará a subir sobre la tapa del inodoro, haciendo lo mismo él; esto para que sus pies no los delataran por debajo de la puerta cuando la vieja monja pasará a echar un vistazo. El mayor sabía que si los veían, los castigarían arrodillados sobre el arroz. Y no, él no quería que su compañero pasara por eso porque es un par de años menor que él. Sabe que es más pequeño que él por su altura porque ninguno de los dos tiene edad ni nombre en este orfanato. Todo pasó porque el estómago del menor gruñía de hambre, tanto que el pequeño chino no podía dejarlo pasar y decidieron meterse en la cocina por un pedazo de pan.

Ahora están ambos parados sobre la tapa del inodoro con un pequeño oso entre ellos. El menor está comenzando a sollozar, entonces cuando el niño chino bajó la vista pudo ver un raspón con sangre en la rodilla de su amigo. Se escucharon pasos cerca. Así que junto sus cuerpos en un abrazo, pegando el rostro del pequeño en su hombro.

"Shhh...no llores, Bambam...nos oirán."

El mayor trata de calmarlo y funciona. Porque el pequeño solo puede pensar en cómo lo nombró su compañero. "Bambam", le gusta como suena.

En ese momento, él por primera vez en sus aproximados 7 años de vida se sintió que era alguien.

"Te adoptarán. A la gente adulta les gustan los niños pequeños, yo soy mayor así que dudo que me lleven. Además soy chino, no creo que una familia tailandesa me quiera...ya sabes...mi tailandés es un asco."

Bambam se sintió triste por su amigo. Él lo había ayudado tanto. Ese niño de ojos grandes era lo único bueno detrás de ese lugar.

"No me digas pequeño, algún día seré más alto que tú y te sorprenderás" le dijo para hacerlos reír a ambos.

"Adiós. Por favor sé feliz y no hagas sentir mal a tus nuevos padres, Bambam. No llores como niña solo espera y nos encontraremos otra vez." Pero el menor no detuvo su llanto y se aferraba con fuerza al suéter roto de su amigo. Quería irse de allí pero quería llevarse a su compañero con él. Él quería que los salvaran a ambos de ese lugar.

"Escucha, te haré un encantamiento. Algo que hará que nos veamos otra vez y para que no me olvides ni yo a ti tampoco." El pequeño lo miró confundido mientras ambos se abrazaban arrodillados sobre el piso sucio.

"Yo...yo...antes también quiero darte algo..." El pequeño tomó su amado oso y lo posó en el pecho de su compañero. El mayor miró el oso como si estuviera a punto de llorar. Pero logró sonreír porque él está feliz de que Bambam salga de allí y tenga una vida normal. Sonrió, sonrió con su pequeño corazón agitado dentro de su pecho llorando y golpeándolo por dentro cuando se inclinó hacia el rostro de del pequeño y le dio un casto beso.

La vieja monja arrastró a Bambam hacía la puerta donde dos personas lo esperaban sonriente. Bambam volteó su cabeza para verlo por última vez, y vio como el otro abrazaba el oso contra su pecho medida que quedaba tirado en el piso.

My First Kiss [•JackBam-BamSon•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora