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Tiffany y Jessica miraban a distancia la guerra de miradas que Taeyeon y Yuri parecían mantener. Sentadas con sus bandejas de desayuno en el comedor, sin decir palabra alguna.              

Simplemente mirándose mientras sus bocas se atiborraban de comida. Era incluso divertido verlas ahí, sin nadie queriendo sentarse con ellas por miedo a que en algún momento estallaran. Cualquiera que estuviera a su alrededor saldría seguramente lastimado.               

Tiffany estuvo seducida a decirle a Jessica que se sentara con ellas; quizá para molestar un poquito.               

—¿Qué mierda les habrá picado a esas dos? —preguntó Yuju dándole un sorbo a su té.              

—No tengo idea.         

—Bah. Ya estoy acostumbrada a estas mariconas y sus ataques hormonales. —Jessica rodó los ojos y se levantó, contorneando sus caderas hasta la mesa en donde estaba la emperadora y su mejor amiga o enemiga mortal; Tiffany no lo sabía con certeza.

—¿Qué crees que hará?

—Es Jessica —solo eso respondió Tiffany. No se necesitaban más explicaciones.

Tiffany vio como Jessica susurraba algo en el oído de Yuri y esta se levantaba de golpe, siendo seguida por Taeyeon. Yuri murmuró algo cerca de Taeyeon y esta gruñó antes de tocarle el hombro; asintiendo con la cabeza. Jessica se despidió batiendo su mano, viéndolas salir del comedor como dos toros embravecidos.

Al volver a la mesa, Tiffany estaba pestañeando con lentitud. Completamente incrédula de lo ocurrido.

—Bien, ya está —comentó Jessica con despreocupación.

—¿Qué demonios les dijiste? —preguntó Tiffany.

—Que hoy mientras Yuri estaba en las regaderas, una bastarda intentó acorralarme cuando fui a pedir ropa limpia. —La rubia se encogió de hombros y le dio una mordida a su rebanada de pan—. Y que me tocó en lugares privados.

Tiffany casi se ahogó. Inmediatamente buscó algún signo de daño en su rubia amiga, sin encontrarlo a simple vista.

—Dios, Sica. ¿Eso de verdad pasó?

—No, por supuesto que no, idiota, pero pasará todo un día antes de que Taeyeon y Yuri se den cuenta y para ese momento, ya habrán hecho las paces.

—Oh.

—Sí. Soy una perra muy inteligente, lo sé. —Jessica aplaudió dos veces para sí misma con denotada arrogancia y volvió a su desayuno, manteniendo una conversación ridícula sobre cuán poco atractivas eran las nuevas reclusas.

Tiffany exhaló el aire de sus pulmones y estrechó los labios en una sonrisita tímida. A veces parecía que la verdadera emperadora no era otra que la loca rubia que movía a todas a su antojo.

—Bien. Entonces... Si encabezamos la lista, definitivamente la más guapa es Taeyeon —dijo Yoona contando con sus dedos—. Luego viene Yuri, Yerin y Sunny.

—Están locas —protestó Jessica—. Taeyeon está buena, pero Yuri es mucho más sexy.

—Dicen que Taeyeon puede hacerlo por horas y no cansarse. ¿Es verdad, Tiffany?

—Joder. ¿Por qué debería responder esto? —Las mejillas de Tiffany estaban calientes y teñidas de rojo. Las bromas y dudas respecto a la capacidad de Taeyeon en la cama era algo a lo que nunca podría acostumbrarse.

—¿No contaremos a las muertas? Ley era muy guapa.

—Y una asesina de menores. No cuenta —dijo Yoona con una mueca de asco.

 [TAENY]Место, где живут истории. Откройте их для себя