Capitulo 10.2

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Taeyeon armó un verdadero infierno al llegar a la unidad médica. Entre gritos encolerizados exigió que atendieran a Tiffany y quiso lanzar más de un golpe al ver como la sacudían sin cuidado.

¡¿Cómo no entendían que podían romperla?!

Yuri intentó calmarla con palabras apaciguadoras, pero Taeyeon ni siquiera le prestó atención, todos sus sentidos estaban alertas en Tiffany. En su respiración, en las heridas de su cuerpo que el médico dejaba expuestas a medida que la desvestía.

La desnudaron completamente, una enfermera sostenía una mudada de ropa limpia para la americana a la espera de las indicaciones del médico.

—¡Que tengas cuidado, hija de perra! —gritó con cólera cuando por un movimiento brusco, pasaron a llevar la muñeca fracturada de Tiffany.

La americana despertó dando un alarido de dolor, con lágrimas en los ojos y el miedo retratado en sus hermosas pero lastimadas facciones. Taeyeon vio en rojo al médico, como un toro ve al bastardo que intenta clavarle las lanzas en aquella inhumana práctica llamada tauromaquia.

Jessica no aguantó y abandonó el lugar a los pocos minutos. Con la falta de aire doliendo en su pecho. Yuri la acompañó, asegurándole a Taeyeon que volvería pronto.

Los gritos y súplicas de Tiffany la estaban haciendo perder el juicio. Salió incontables veces de la unidad médica, queriendo golpear las paredes y negándose a ello al recordar que necesitaba estar de una pieza para la pelea a la noche. Y para su venganza.

Finalmente y gracias a la anestesia que el médico usó, debido a las amenazas mortales de Taeyeon, Tiffany dejó de sentir algo de dolor. No hubo necesidad de sacar radiografías y tampoco tenían la tecnología para hacerlo. Igualmente enyesaron su muñeca y vendaron sus costillas. Su hombro dislocado fue colocado en su lugar y posteriormente inmovilizado con vendajes. Quiso llorar cuando raparon la parte posterior de su cabeza. La herida abierta en su cráneo necesitaba desinfección y sutura.

El médico no dejaba de hablar y eso mareaba a Tiffany, quien no miró en ningún momento a Taeyeon, todo el tiempo mantenía sus frívolos ojos en distintos puntos de la habitación. Fingiendo oír las palabras del médico y las indicaciones para su recuperación. El dolor de la desinfección de sus heridas disminuyó gracias a la anestesia por lo que pudo acallar sus propios lamentos. Su cabeza rogaba por un descanso. Le exigía cerrar los ojos y ceder ante la extenuación de su mal herido organismo.

—¿Va a estar bien?

—Sí. Tendrá que permanecer en observación unos días ya que no podemos hacer un scanner de su cabeza. —Tiffany se extendió en la camilla cuando el médico hubo finalizado su labor. Aquello le había parecido horas, seguramente así fue—. Necesito que le traigas mantas y ropa. No puede permanecer solamente con esa camiseta y en ropa interior.

—Bien. — Taeyeon acomodó su cabello y a pasos escamados, se acercó a Tiffany—. Vas a estar bien.

—Sí.

—Volveré de inmediato con ropa y mantas.

Tiffany no respondió. Demasiada agotada para enunciar algún morfema en respuesta a las palabras de Taeyeon. No estaba enojada con su dueña, aun cuando quisiera estarlo, le era imposible. La vio alejarse, casi derrotada, casi tan herida como ella misma, y realmente quiso hacerlo; quiso expiarla de toda culpa, pero sus labios no se abrieron.

Taeyeon no estaba rota; le faltaban piezas. Los engranajes necesarios para hacerla funcionar y Tiffany, la inconscientemente se estaba rompiendo. Quebrándose en fragmentos para convertirse en las piezas faltantes de Taeyeon. Sin importarle que de sí misma no quedara más que un rastro de polvo de estrellas.

 [TAENY]Where stories live. Discover now