❄37❄

3.6K 524 27
                                    


Justin miraba la ventana para pasar el tiempo, había transcurrido una hora, o tal vez más. No llevaba reloj, al parecer se lo habían quitado después de haberse desmayado. No se había dado cuenta que ni llevaba puesta su ropa, solo una bata azul y su ropa interior. Se imagina así mismo ser desvestido por una enfermera y sintió una vergüenza explosiva. Tan poco se había percatado en todo ese tiempo, que la habitación estaba dividida en dos partes por una sábana blanca, podría tratarse de una cortina, pero no era corrediza.

Si la habitación está separada por una sábana... Entonces hay más personas aquí a parte de nosotros dos. Pensó Justin con una mano en su barbilla.

Una enfermera que no había visto antes, entro por la puerta, llendo hacia el otro lado de la habitación. Le ofrecía agua a una persona del otro lado, y cuando está agradeció, el chico podría distinguir esa voz en cualquier lugar; la voz de su mejor amigo siempre la recordaría.

—¿Dilan? —espeto extrañado. Por varios segundos el chico no escucho nada.

Del otro lado de las sábanas Dilan tenía el ceño fruncido, termino de tomar el agua que la enfermera le ofreció y espero que ella se marchara para levantar la sábana y confirmar si era su amigo.

—Justin... ¿Eres tú? ¿Qué haces aquí? —preguntó aún sosteniendo la improvisada cortina hecha con sábanas.

—Es una larga historia —musitó mirando el rostro dormida de la chica a su lado. —¿Y tú qué haces aquí?

—Tambien es una larga historia. —respondió con la mirada perdida en la ventana empañada por el frío.

Justin se imaginó lo que estaba pasando, pero los familiares del chico eran muy saludables y en estas épocas no salían de sus casas para evitar asistentes. Entonces recordó la conversación que tuvo con su amigo una semana atrás, donde le contaba lo que había vivido en la casa de Violet. 

Se puso una mano en su frente, cubriendo sus ojos con mucho pesar dentro de él. Su amigo la estaba pasando igual que él, o mucho peor.

Dilan le informo a la enfermera que no necesitaban la cortina, que los chicos se conocían y que no hacía falta; por lo que retiraron la cortina.

Justin se levantó de la cama cuando el suero se acabó y una de las enfermeras lo retiro de su muñeca, está le dolía y ardía como nadie se lo imaginaba; pero se hizo el fuerte y camino con mucha dificulta hasta la cama de Violet.

Ella estaba cubierta con una colcha grande, a su lado tenía una máquina extraña de donde salía un vapor blanco. Justin tomo la mano de Violet y le puso la otra mano a su amigo en el hombro.

—Escuche lo de Sinaliz, lo siento mucho hermano. Ojalá no sea grave.

—Por lo que me dijeron solo es anemia, pero está muy avanzada —miro la hora de un reloj de pared. —Debo llamar a mis padres. —dijo preocupado.

—Yo ya los llamé —los dos chicos voltearon a ver quién había entrado a la habitación. Era el padre de Violet, en su mano derecha tenía un celular y en la otra una bolsa que parecía ser comida. —Pueden comer, es para ustedes —les ofreció la bolsa a los chicos que lo miraban de arriba a abajo. Se veía muy cansado y triste, no parecía ser el mismo hombre feliz que había conocido meses otras. —¿Cómo está mi pequeña?

—Los doctores no me han dicho nada, lo estaban esperando a usted. —respondió Dilan dándole paso al hombre para que se acerque.

Cuando tomo la mano de su hija, sintió que estaban heladas, y el rostro de Violet le recordaba tanto a su madre.

Dos pequeñas lágrimas cayeron en las manos de la chica, él se culpaba por lo que había pasado. Solo si hubiera estado más atento, solo si no hubiera estada bebiendo, solo si fuera mejor padre... Pensaba una y otra vez, torturandose él mismo.

Como si algo lo hubiera llamado, miró hacia la otra cama —la que estaba al lado de la de su hija y otra que estaba vacía y desordenada— donde se encontraba una chica delgada y de tez morena, con una cabellera muy larga, la tenía un poco descuidada.

Su rostro se le hizo familiar familiar de algún lado, pero ahora no podía recordar de donde, su mente no servía para nada en ese momento.

—¿Y a ella que le pasó? —miro a los chicos que comían de manera desesperada la comida. Le pareció extraño de que también el chico rubio llevaba puesta la bata azul del hospital— ¿Y a tí que pasó? —se dirigió a Justin.

—Creo que tuve una especie de desmayó —respondió cuando había tragado todo lo que tenía en la boca. —A ella... Ella tiene anemia, no me han dado más detalles.

—¿Y sus padres? —inquirió el hombre, preocupado.

—Ella... No vive con ellos, es una larga historia. —respondió cabizbajo.

—Tendrás que contarmela. —hablo serio.

—Yo también quiero que usted me cuente su historia, y la de su hija. —se interpuso Dilan más serio en el mismo hombre.

—Bien, terminen de comer. —se puso una mano en la frente cansado.

***

Holi ^^ hoy estoy muy feliz, creo que algunos se habrán dado cuenta, Violet ayer alcanzó el puesto 16 en historia corta. Hace mucho no subía de puesto y ver que subió me dió mucha alegría, por lo que actualizaré más seguido.

Voten y comenten owo también recomienden la historia a sus amigos, así esta linda historia llegará a más personitas, gracias chic@s 💕

No olvides: Si te gusta lo que escribo, Únete al grupo El Sistema Solar de Akemi para enterarte de mis futuros proyectos. También tengo más historias y relatos cortos en mi perfil, por si les interesa.


Síndrome del Sueño: Violet I [ Serie Inocente Amor I ] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora