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Justin volvió a colocar la bufanda en el cuello de la chica sin mirarla a los ojos, los dos estaban muy cansados por forsejear que no podían ni hablar. De sus labios salía ese humo a montones y sus pechos no dejaban de subir y bajar. Justin no entendía nada ¿Qué hacía su amiga ahí? O mas bien ¿Qué hacía Sinaliz ahí? La chica que le gustaba, a la que se decidió proteger.

De pronto el sonido del reloj avisando las doce de la noche los alertó a ambos, Justin se separó un poco de la chica para mirarla, estaba llorando, pero tenía una sonrisa en los labios.

—¿Eso... Eso es verdad? —pregunto ella, aún no lo podía creer.

Justin asintió, le colocó de nuevo la capucha de su abrigo y la abrazo cuando todas las luces del árbol de navidad frente a ellos se encendieron como estrellas fugaces, felices por su amor.

—Cada palabra —susurro a su oído.

Sinaliz no podía estar más feliz, estaba dispuesta a quedarse y por una vez en su aún corta vida, ser feliz.

Pero debía sacarlo, sacar eso que le hacía infeliz, sino no lograría ser feliz nunca. Nunca seremos felices si el pasados nos atormenta, debemos dejarlo ir; y lo mejor para olvidar, es contarlo todo, sacarlo y no dejarlo enterrado en nuestra mente.

La chica tomo a Justin de la mano para guiarlo a un lugar no muy conocido para él, cuando llegaron a un edificio muy maltratado de habitación en renta, subieron a lo que parecía ser el cuarto de la chica. Era oscuro, frío, no tenía calefacción por ningún lado y solo había una pequeña cama pegada a una pared, una mesita de madera y una lámpara sobre ella. En una esquina, dentro de bolsas plásticas transparentes estaba el uniforme de la chica. Estaba impecable, como si fuera un trofeo o lo más valioso para ella.

—Sé que te estarás preguntando el por qué estaba en ese lugar, el por que vivo aquí y por que he estado tan rara los últimos días de escuela —se sentó en la cama y le hizo señales al chico para que se sentará.

—Eso es muy cierto, y quiero que me lo digas todo ahora —sentencio él y ella asintió.

—Bien, escucha —la chica todo una bocanada de aire antes de comenzar, procuro relajarse y comenzó a recordar las cosas más tristes de su vida.

»Tenía catorce años cuando eso pasó, cuando vivía con mi padres era una persona feliz, siempre sonreía y era muy ingenua también. Tenía muchas amigas y amigos en mi antigua escuela, o eso creí al principio. Cuando llegó él todo cambio... 

—¿Quién? —pregunto Justin al ver que la chica no seguía y su expresión cambio de repente.

—Era un profesor... Pero me avergüenza hablar de esto —dijo sobresaltada dispuesta a salir por la puerta.

Justin la detuvo antes de poder siquiera abrir bien la puerta, cerró la puerta y la acorraló.

—No me importa que haya pasado, es tu pasado y solo quiero que lo superes.

Sinaliz soltó un suspiro de frustración y asintió, otra vez se sentó en la cama; pero habían cambiado de puestos para que ella no estuviera tan cerca de la puerta.

—Termina por favor —pidió tomandola de la mano, eso le dió más aliento a la chica.

»Era un profesor joven, apuesto y muy simpático con todos los estudiantes; todas las chicas morían por él, pero desgraciadamente me escogió a mí como su secretaria particular. En ningún otra aula había tomado a otra chica como su secretaria como otros profesores lo hacían, por eso reino en chisme en toda la escuela. Decían que había seducido al profesor, pero yo nunca hice nada de eso.

»Todos hablaban de mi por los pasillos, no lo podía soportar un día más, hasta que un día quise renunciar al puesto.

—Ya no quiero ser su secretaria.

—¿Y eso por qué?

—Yo no tengo porqué responder eso, solo no quiero serlo más.

—¿Es por mí?

—¡Claro que no! Escuché, me voy, ya no quiero seguir discutiendo con usted.

—Oh no, tú no te vas.

»Él no me quiso dejar salir del aula, me acorraló y me confesó que estaba enamorado de mí. Luego quiso besarme.

—Tks... —soltó el chico enojado y Sinaliz paro su historia.

—Sabia que te enojaría con esa parte —susurro un la mirada gacha.

Justin, estiró su mano hasta el mentón de la chica y la hizo mirarlo a los ojos.

—Solo sigue, no te preocupes por mí.

Y aquí yo v: seh, pueden desahogarse conmigo por dejar votada la historia, espero sus comentarios pwp 

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Síndrome del Sueño: Violet I [ Serie Inocente Amor I ] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora