El Placer de Amar. ~ ~ CastielxSucrette [Corazón de Melón]

Capítulo 39.

«Pv's Sucrette»

Cuando salí del instituto y vi a Castiel a lo lejos, sentí como mi corazón se detenía por un momento, no esperaba que apareciera hoy por acá. Mierda... ¿Ahora qué hago?

Atrás de Castiel logré ver como legaba Evan, por lo que sonreí y comencé a caminar más rápido. Mi salvador.

Comencé a correr y pasé por un lado de Castiel evitándolo por completo, yendo directamente donde Evan el cual me extendía los brazos, lo abracé y él me levantó un poco haciendo que los dos giráramos en ese lugar. Reía junto a Evan, pero fingidamente. Realmente sentía una gran opresión en mi corazón, me dolía ser tan indiferente con Castiel, pero él tenía razón, ¿Para qué seguir escarbando en la herida? ¿Para qué intentando lo Si siempre terminaremos igual si lo intentamos. Todo sale mal.

—¿Vamos? —Le sonreí.

—Sí. —El me sonrió igual, pero noté que era algo más forzado, ¿Le pasará algo?

Comenzamos a caminar, pero al ya estas más o menos lejos, volteé la cabeza para ver a lo lejos a Castiel, el cual estaba parado con la mirada gacha. Lo siento Cassy...

Llegamos hasta el parque, en donde nos fuimos a sentar bajo un árbol enorme.

Estuvimos un buen rato en silencio, pero finalmente él decidió romper el hielo.

—Creo que volvió para arreglar las cosas. —Entonces si se dio cuenta...

—¿Sabes? He pensado en muchas cosas que podríamos hacer este fin de semana, de verdad que nos la pasaremos genial acampando. —Fingí una sonrisa, evitando por completo el tema.

—Sucrette...—Él suspiró. —No trates de evadir el tema.

—Evan, de verdad que quiero olvidar las cosas, quiero empezar de nuevo. —Apoyé mi espalda en el árbol. — No pensé que él iba a venir.

—Quizá quería arreglar las cosas.

—Es que, ¿Para qué retrasar lo inevitable? Es estúpido. —Bufé frustrada. — Nosotros solamente estamos jugando con el destino, queriendo estar juntos, cuando en realidad nuestro destino está por caminos separados.

—Entiendo. —Dijo sin más con total tranquilidad. Me gustaría estar tan tranquila como él. —Y entonces... ¿Qué planeaste para el fin de semana? —Me sonrió, ni fingida ni sincera, solamente quería cambiar el tema por mí. Obligado se tuvo que haber sentido

—Pues... —Miré al cielo. —Podríamos llevar cartas, y jugar apostando cosas, o con retos. —Reí. — Una pregunta, ¿En el lago uno se puede meter a nadar?

—Sí, cada que voy lo hago.

—Entonces podremos nadar ahí por la noche. —El se rió.

—Te gustan los riesgos. —Lo miré con duda. —El agua del lago en la noche está muy fría.

—Luego de un rato nos acostumbraremos. —Me encogí de hombros, sonriendo. —Será divertido, la última vez que fui, fue cuando solo era una niña.

—Sigues siendo una niña. —Me sonrió alzando una ceja. —Aún no cumples 18.

—Solo faltan 2 meses, pronto seré legal. —Levanté mis cejas un par de veces, mirándolo pícaramente, bromeando claramente. Él se carcajeó, pero a la vez, noté como sus mejillas se ruborizaban.

—¿Te parece si salimos juntos una noche antes de tu cumpleaños? —Yo asentí, contenta de su proposición. Él no dejó de sonreír en ningún momento, pero esta se deshizo de inmediato al fijarse algo en mi cuello. — El collar...