El Placer de Amar. ~ ~ CastielxSucrette [Corazón de Melón]

Capítulo 45.

«Pv's Sucrette.»

Comencé a despertar al sentir un poco de calor en mi cuerpo, me removí un poco en la incómoda colcha, pues no estaba acostumbrada a dormir en esta clase de "camas" inflables.

Al abrir bien mis ojos, lo primero que vi fue el rostro de Evan, él aún dormía. Yo sonreí al verlo de aquella manera, era la primera vez que dormíamos juntos y de alguna manera verlo dormir así tan plácidamente me transmitía tranquilidad. Con cuidado, quité unos mechones de cabello que caían sobre su frente, arreglándolos como él suele llevarlos, hacia atrás. Noté como él apretaba un poco sus ojos, mierda, lo había despertado... Él de a poco fue abriendo sus ojos, pero sin verme aún creo, con una de sus manos refregó sus ojos tratando de sacarse el sueño de encima de ellos. Luego de hacerlo por unos cuantos segundos, él quitó su mano y me miró aún somnoliento, pero aún así, me sonrió.

—Buenos días, hermosa. —Me dijo sin deshacer su sonrisa, para después estirar su cuerpo en la cama, seguidamente bostezó.

—Buenos días. —Le respondí casi enseguida. Él aún recostado, se hizo a mi lado y pasó su brazo por mi cintura, escondiendo su rostro entre mi hombro y la almohada. — ¿Aún con sueño? —Pregunté entre risas. Él me respondió pero no le entendí nada al estar apegado a mi cuerpo y almohada, para mis oídos simplemente fue un balbuceo. —Hey. —Lo llamé y él corrió su rostro, tenía sus ojos entrecerrados. Yo me acerqué y deposité un tierno beso en sus labios, haciendo que en los de él volviesen a dibujarse una sonrisa.

—Podría acostumbrarme a esto. —Yo negué con la cabeza entre risas, volviéndome a acomodar abrazada por él. — ¿Me dices la hora? Por favor. —Asentí y tomé mi móvil el cual estaba a un lado de la colcha, o sea, en el suelo.

—Son recién las ocho. —Dije de mala gana, dejando el móvil a un lado y luego volverme a Evan, el cual aún se afirmaba de mi cintura con los ojos cerrados. — ¿Estás despierto? —El volvió a bostezar, asintiendo con su cabeza.

—No suelo despertar tan temprano. —Yo asentí algo apenada, pues, había sido yo quién lo había despertado.

—Perdón. —Me disculpé por aquello mismo. Él me miró algo confuso al principio, pero luego de un momento me sonrió nuevamente.

—No te preocupes, boba. —Me jaló del brazo e hizo que yo me sentara en su regazo. Me tomó de ambas manos, haciendo que nuestros dedos se entrelazaran. — Podría acostumbrarme a despertarme temprano solamente para ver tu lindo rostro. —Me sonrojé ante sus palabras, me incliné hacia él y deposité otro pequeño beso en sus labios.

—¿Nos levantamos ya? ¿O te quieres quedar otro rato? —Pregunté y noté como él hacía un pequeño gesto como si estuviese pensando.

—Quedémonos un rato más, aún es temprano. —Sonreí asintiendo, volviendo a recostarme a su lado, pero de inmediato él se ganó encima de mí sin deshacer su sonrisa, ni yo la mía. Él quitó unos mechones que caían en mi rostro. — He estado pensando... Aún falta un tiempo, pero... ¿Qué te gustaría de regalo de cumpleaños? —Esa pregunta me tomó por total sorpresa. No sabía cómo responderle, jamás había dado tanta importancia a esa fecha, siempre me la pasaba solamente con mis padres, pero Evan quería pasarlo conmigo ese día. —¿Su?

—¿Eh? —Estaba muy metida en mis pensamientos que no logré responderle nada. — No había pensado en eso aún, casi siempre me la paso solamente con mis padres.

—Pero esta vez la pasaré yo contigo. —Rió, acariciándome con un pulgar mi mejilla. — Vamos, ¿Qué quieres de regalo?

—... Quiero ir a vivir contigo. —Contesté, fue lo primero que se me vino a la cabeza, pero... Casi de inmediato quise que la tierra me tragara, sentía mis mejillas rojas a más no poder, ¿Y si no aceptaba? Él solamente se quedó en silencio, tenía sus ojos sumamente abiertos, sorprendido quizá por lo que dije. Pero casi al segundo, una radiante sonrisa de oreja a oreja se formó en sus labios.