Capitulo 4

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Las semanas pasaban muy rápido al igual que los meses, cuando menos se dió cuenta ya tenia seis meses de embarazo, el kazajo era atento y lindo. Además también era el mejor en la cama y Yuri durante todo ese tiempo se había vuelto una máquina a sexual

Pero así como pasaba el tiempo el kazajo estaba cada vez más ocupado, entre la empresa y ahora también con la colaboración. Llegaba a casa ya muy tarde pero eso no importaba ya que su Omega en cuanto lo escuchaba se le lanzaba. Siempre era así y apesar del cansancio el alfa estaba más que agradecido. Sobre todo cuando calmaba su celo.

Ese día había salido algo tarde de su casa. Paso por una cafetería por su habitual café negro. Sin azúcar ni crema, pero esta vez había algo diferente. Su asistente se encontraba hay desayunando con un alfa fornido aunque no más que el y tenía un olor a tabaco. Era raro, nunca antes había encontrado que ese olor natural lo portará un alfa.
Al parecer se encontraba discutiendo con su asistente así que desidio seguir de largo y solo pedir su orden y justo en eso estaba cuando el olor de ese alfa se intensificó, estaba molesto
... No, molesto no era la palabra. Estaba iracundo, su aroma ponía en alerta a los alfas, incluso a los de seguridad y a los Omega presentes los ponía nerviosos.

En un segundo observó cómo ese alfa le dió una bofetada a su asistente y la tomó del cuello, mostrando sus colmillos. No podía seguir ignorandolos, mucho menos eso.

El alfa saco sus colmillos y se interpuso entre su asistente y el alfa abusivo. Lo empujó con tanta fuerza que lo hizo caer de bruces, sus músculos tensos y mostrando sus enormes caninos. Era obvio que el kazajo tenía una gran ventaja, a los ojos del alfa desconocido vio a un alfa sangre pura. Perfectamente bien entrenado al parecer, seria una estupides meterse con ese alfa así que sólo se levantó y se fue no sin antes mirar con odio a la Omega peliroja

-Sr. Otabek, se lo agradezco, estoy tan avergonzada... - la Omega tenía el aroma a pánico que la delataba y miraba al suelo

- Calma- decía el moreno mientras ponía sus manos sobre sus hombros mirándola de frente, aunque ella tenía la mirada clavada en el piso - Estas bien?

- Yo... yo....

No podía más, levantó la mirada y sus lágrimas se desbordaron sin más

Otabek no tenía idea de que hacer así que se acercó al mostrador pago su orden y salió de ese lugar llevándose a Mila con el

Manejo al rededor de cinco minutos y llegó a la oficina, estacionó su auto en su lugar y volteo a ver a la peliroja que aún lloraba

- Y buen, yo no suelo meterme en asuntos ajenos. Pero esta vez me fue imposible, no puedo permitir que un alfa golpee o maltrate a un omega. No lo tomes a mal se que somos iguales pero seamos honestos, la fuerza de ese alfa no se compara a la que tú pudieras tener. Así como ese alfa no puede comparar su fuerza conmigo, en fin - suspuro- me dirás qué pasó?

- yo. Lo siento tanto, es muy vergonzoso que usted me encontrará en esa situación pero en verdad le agradezco su ayuda. El es mi... Es o era mi alfa, estoy en cinta de el tengo cuatro meses pero le pedí que terminamos la relación. El es un ser dañino no pudo permitir que mi cachorro crezca con alguien así a su lado

- ...

- espero no me juzgue ni me despido por esto... Este empleo es todo lo que me queda

- alto, quien dijo que te despediría

- bueno, Otabek desde que llegué e cometido errores y se que Yuri tal vez odié que este cerca de ti así que lo último que quiero es...

- no hablemos de Yuri. Y mejor, seamos amigos. Esta vez bien, te lo dije una vez. Que lo nuestro no funcionará no quiere decir que no podamos ser amigos. Que dices?

- gracias Otabek - con una sonrisa pura y angelical - disculpa no te molesta que te llame ota de nuevo?

- puedes hacerlo pero solo fuera de la oficina. Me alegra que podamos hablar así de nuevo Mila. Y me disculpó nuevamente por haberte dejado así por...

- no te preocupes ota. El era tu destinado. Lo importante era verte feliz

- y lo soy Mila. Por eso te estoy agradecido

...


El timbre sonaba desesperado y Yuri bajaba las escaleras lo más rápido que podía con su vientre de ese tamaño

- mierda! Ya voy!

Decía mientras se acercaba a la puerta. Al abrir se encontró con un tigre blanco de peluche a la altura de su rostro

- kitten. Buenos días

- que carajos te pasa, quieres que baje rodando las escaleras?

- eso sería horrible

- pues no vuelvas a tocar así, me haces sentir que mi cabeza explotará con el agudo sonido de ese maldito timbre

- alguien se levantó del lado equivocado de la cama por lo visto

- y quien no con semejante escándalo?

-ok. Son más de las diez de la mañana y tu desperdiciado el día. Ven vamos te invito a dar una vuelta

-ah?!

- si. Vístete ahora te daré media hora, mientras voy a comprar algo para que desayunes

- a donde iremos?

- es una sorpresa

Sin mucha opción, subió a su habitación mientras JJ se dirigía a un restaurante a comprarle algo de desayunar al pequeño gatito de hielo.

Desde su reencuentro, estuvieron en contacto, JJ acompañaba a Yuri a todas sus citas porque su marido no podía por el trabajo y lo llevaba a diferentes lugares. La última vez lo llevo a ver el lago de los cisnes y esa vez Yuri lloró como un chiquillo, maldijo el no haber regresado al balet después de haberse casado por falta de tiempo. JJ lo trato de alentar a regresar a eso que tanto amaba pero el sólo le dijo que su prioridad era y siempre sería su familia a lo que Jean le dijo que si por el fuera lo obligaría y animaría a regresar a su amada actividad y era cierto si JJ fuera alfa de Yuri lo ayudaría en todo para que el siguiera su sueño pero él no lo era y ese Otabek estaba más metido en sus propios proyectos que en su familia o incluso amaba más su trabajo que a su Omega el cual ponía todo, todo de su parte por mantener un hogar en el que casi siempre se encontraba sólo uno y pronto serían dos. Apesar de eso JJ deseaba que Otabek se diera cuenta de lo que tenia en las manos. Porque apesar de la fortaleza que aparenta a el pequeño ruso, en realidad era un omega muy delicado y sensible. Amaba demás, daba de más de él todo el tiempo. Pero eso no parecía importarle demaciado a su alfa y no quería verlo derrotado por un alfa que no sabe la joya que tiene en su hogar.

Al regresar al hogar se encontró con un rubio con el pelo mojado y y la ropa olgada puesta, claro sin dejar de verse hermoso como siempre. Desayuno mientras JJ cepillaba y secaba su cabello

Después de justamente media hora salieron del hogar Altin-Plisetsky para que JJ lo llevará a su sorpresa

Un alma rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora