Capitulo 3

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Esa semana Otabek dejo la mayor parte de sus negocios a su amigo y mano derecha Leo y a Mila su asistente.

Desde la noticia que había recibido en el hospital, no quería alejarse de su pequeño Omega, sentía que si lo hacia algo malo pasaría. Y ahora para el tanto su esposo como su cachorro lo necesitaban.

Eran las ocho de la mañana y se encontraba haciendo unas llamadas, agendo una cita con la especialista y de paso con un nutriólogo. Ya que era un importante empresario, uso sus contactos para que recibieran a su esposo ese mismo día.

Preparó un delicioso desayuno y lo llevo a su habitación, despertó cuidadosamente a su tesoro más preciado y le ayudo a comer

- Hola cielo, como estás hoy?

- Hola Beka, bien gracias corazón - decia mientras se sentaba en la cama 

- Vamos come, tenemos cita con Isabella y un nutriólogo. Amigo de Yuuri... Am... No recuerdo su nombre

- Pichit?

- Oh sí, el

No había nada que le animará más que el que su alfa lo estuviera cuidando, devoró su desayuno y al terminar se metió a dar una ducha, la cual quería tomar acompañado pero su marido se había negado. Con la justificación de que no lo quería dañar ni a él ni a su cachorro

Era casi medio día solo faltaban dos minutos para la hora de su cita y ellos se encontraban en el estacionamiento, a mitad del camino se encontraron con un embotellamiento y esto los retraso demasiado. Y hay estaban, dos minutos para perder su cita con una de las mejores obstetras y especialista de Rusia

Casi llegaron corriendo al consultorio y Otabek no dejaba de mirar si reloj. Dos minutos tarde

- Yuri Plisetsky? - llamaba una hermosa mujer de cabello negro corto y cuello demasiado fino

- Altin-Plisetsky - corrigió el rubio sonrojado por la carrera

- Se encuentra bien?

- Si, sólo que se nos hacia tarde....

- Tranquilo, mis pacientes tienes quince minutos de tolerancia antes de que se cancele su cita

- Grandioso - bufo el rubio

- Buenas tardes - saludo el kazajo a lado de su esposo

- Mucho gusto, pasen por favor - dió media vuelta y comenzó a caminar con sus tacones de aguja, seguida por la pareja

Una vez adentro no perdió más tiempo y le pidió al rubio que se recostara en la camilla que estaba adentro junto a muchos artefactos que no reconocía el rubio  pero parecían instrumentos de tortura.

- Descubriré su vientre señor Plisetsky

- Altin-Plisets.... Sabe que mejor llámeme Yuri

- Esta bien Yuri, este gel esta un poco frío - anunciaba mientras le ponía un poco en el vientre - Y díganme, cuando fue la última vez que tuvieron relaciones?

Al pequeño rubio se le subieron los colores a rostro mientras el moreno estaba con su cara congelada, no movió ni un solo músculo de esta

Un alma rotaWhere stories live. Discover now