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🐺


1999, Daeugu-Kojang, Corea del Sur.

Dos matas de cabello negruzco y marrón se asomaban detrás de un gran tronco, sin moverse, los infantes esperaban a hurtadillas a la llegada de un conejo.

Pronto, el animal cauteloso se presentó. Merodeaba la zona en busca de alimento y moviendo sus largas orejas pintas, se alertaba de cualquier peligro proveniente.

—Shhh, llegó. —Susurró y tomó al pelinegro del brazo, acercándolo de modo que el delgado cuerpo del más pequeño quedara debajo del suyo. Los alargados ojos de Yoongi se elevaron en cuanto divisó a la criatura.

—En verdad los hay. 

—Sí. —Afirmó sin despegar la vista del conejo, en su rostro, una gran sonrisa se dibujaba.  

—Eso quiere decir... —La voz del menor se mostraba abatida. Suspiró e hizo una mueca, JiHo río.

El conejo se percató de la presencia de los niños, por lo que con gran rapidez abandonó el lugar en busca de refugio.

—¡Lo asustaste! —El castaño ignoró el reclamo del más pequeño y se soltó en risas cada vez más pronunciadas. Yoongi se mantenía con las cejas fruncidas, estaba molesto y no planeaba ocultarlo, pero le fue inevitable una vez que su amigo, JiHo, no paraba de reír.

—Lo siento, pero sí —detuvo su carcajada y colocó su mano sobre el hombro del otro—, perdiste.

Terminó por decir, mientras que Yoongi de manera abrupta, se colocó en un silencio abrumador.

Su rostro se había tornado mortalmente serio. 

—Ni creas que tu fea cara me va asustar. —Se cruzó de brazos, retando al menor.

—Hyung, eres un tramposo —Reprochó con sus labios abultados y su nariz arriscada.

—¡¿Qué?! ¡Claro que no! Tú aceptaste la apuesta a pesar de que te dije que sí los había.  

—¡Mi tío había dijo que ya no había conejos en la montaña! 

—¡Y yo te dije que si los había! —Concluyó el mayor de ambos con cierto tono altanero. Min pateó una roca y rendido, alzó la vista encontrándose con la mirada serena de JiHo. Nervioso, Yoongi mordisqueo su mejilla interna y desvió sus orbes en dirección opuesta al castaño.

—Vamos Yoon no te molestes...  

—Yah~, lo haré ¡pero ni creas que volveré a saltar al río desnudo!  

JiHo rompió en una gran carcajada y negando, tomó asiento en el suelo. El otro rodó los ojos con los brazos ya cruzados, en espera de lo que JiHo podría pedir como pago.

Stigma of the First Love   »тaegιĸooĸ«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora