Capítulo·17· Los Richardson

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Ella se volteó y vió a una bonita mujer con su pelo totalmente blanco, Victoria se quedó mirándola por un segundos; la mujer vestía una blusa color blanco, un pantalón tipo pescador color celeste oscuro, una sandalias color café y en su cabeza, una diadema de colores. A simple vista parecía una abuelita bastante agradable y cariñosa, Victoria extrañada la saludo de vuelta. Ella imaginó que iba a ser algo más misterioso.

La mujer la saludó con una pequeña sonrisa y después de una platica para romper el hielo, Vicotria agregó:

–Agradezco que hayas querido venir hoy, se que es algo apresurado y extraño, pero me ayudaría que me digas todo lo que sepas de Annelisse.

–Eres tan buena amiga Victoria, se que estas haciendo un enorme esfuerzo por encontrarla.

Victoria pintó un pequeña sonrisa en su cara, aunque lo que le dijo esa mujer la hizo pensar que sus acciones y sus intenciones parecen no concordar.

–Honestamente no supe mucho sobre la chica, solo supe era hermosa y muy valiente.

–Mira, he recibido pistas, estoy segura que son pistas sobre su paradero, primero un periódico, después un trofeo y ahora una foto suya, no se como calza usted en todo esto pero necesito saberlo.

La mujer se quedó pensando en como podía ayudarle y cómo ella podría ser una pieza clave en todo esto.

–Bueno, tal vez no sé mucho sobre la niña, pero si sobre los Richardson. Roberth fue el jefe de mi esposo en una de las compañías tabacaleras que el hombre tuvo allá por el 2007, Roberth siempre fue un hombre muy serio y poderoso, pocas veces se le veía en la oficina. Pero, quien realmente los aterraba era su esposa, Marianne, esa mujer era déspota, extremadamente delicada y muchos decían que no tenía corazón.

Las cosas cambiaron cuando la mujer quedó embarazada, a los dos se les veía más contentos y hasta celebraron una baby shower en la oficina como si se hubieran llevado bien con sus empleado toda la vida. Rumores decían que ellos les costó mucho concebir ese niño, lo cual no está tan descabellado ya que lo tuvieron pasados los 36 años. Mi esposo, después de 8 meses mas o menos, se tuvo que quedar más tarde en la oficina, cuando escuchó un estruendo, como si alguien hubiese botado todas las cosas del un estante.

Mi esposo al pensar que estaba solo, caminó con cuidado a ver si era algún ladrón, pero notó como la oficina de Roberth tenía una luz encendida y el hombre estaba adentro llorando, mientras despedazaba su oficina. Mi esposo decidió no interrumpir y solo salió.

Al pasar lo días, ninguno de los Ricahrdson fue visto de nuevo, nadie nunca supo que pasó, todos estaban preocupados que fuera la situación financiera de la empresa, la cual no estaba tan lejos de la realidad por que dos años después cerró.

Yo, por mi parte soy enfermera y atendí varias veces a Marianne cuando iba a sus controles prenatales, parecía que el embarazo le hacía muy bien por que estaba más alegre, nos saludaba y en ocaciones entablaba pequeñas conversaciones con los empleados del hospital. Lo extraño de esta historia es que cercano a ese incidente, Marianne entró de urgencias al hospital, yo no fui parte del equipo que la atendió pero sospeché que algo había pasado con el bebé, los doctores estuvieron por horas con ella, después de eso no volví a verla, ni a ella, ni al bebé. Pensé que había muerto su hijo, pero días después volví a ver a la mujer embarazada.

–¿Pero pudo haber sido que el hombre estaba muy estresado por esa situación que le paso a su mujer, no? Tal vez, el estrés de ambas cosas lo llevaron a un punto de quiebre.

–Aquí está el detalle, la mujer llegó un sábado, lo recuerdo por que yo ese día tenía que recoger a mi hermana del aeropuerto y tenía años de no verla, por lo que estaba emocionada. Y después salió un miércoles, y mi esposo vió al hombre el viernes de esa semana ¿por qué habría tenido el ataque cuando ya todo había pasado? La mujer el jueves andaba feliz por la cuidad mostrando su enorme panza y contándoles a todos lo bien que estaba su bebé.

Incluso a nosotros nos llamaron a una reunion y nos dijeron que no podíamos hablar del tema de Marianne con nadie, sino, seríamos despedidos

–¿Tal vez el estrés por lo que pudo haber pasado y el miedo de perder a su mujer y a su bebé?

–Tal vez, pero a mi me parece extraño tanto secretísimo, la mujer nunca habló del tema y dijo que su embarazo había sido perfecto. Otra cosa que también pasó –dijo dando un sorbo más al café–. Fue que tiempo después sentía como que me vigilaban, no me sentía sola a los lugares que iba y sentía que hombres extraños me miraban y no fui la única, otros compañeros del hospital sintieron lo mismo.

Victoria se quedó analizando la situación y aun que intentó búscale una solución lógica, si era muy sospechoso todas las circunstancias, los Richardson siempre habían sido demasiado perfectos, hasta cuando cerró la empresa lo habían anunciado como "una manera de cuidar a nuestro pueblo del cigarillo" e invirtieron en hospitales y escuelas, tiempo después abrieron otra exitosa empresa.

–¿Y cómo me conocía usted?

–Annelisse también vino a mi, y me dijo que si algo le pasaba Victoria me iba a buscar, tal cual me dijo esas palabras.

–¿Cómo? –dijo ella casi ahogándose con su capuchino frío –. ¿Te dijo por qué?

–Dijo que eras su mejor amiga y que seguro tú harías algo por ella, y tal cual, eres una excelente amiga.

La respiración de la chica se detuvo por un momento y sin poder despegar el vaso de su boca se quedó pensando todo lo que acababa de pasar ¿Annelisse sabía que algo le iba a pasar? ¿Por qué estaba tan segura que ella la buscaría? ¿Mejor amiga?

AnnelisseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora