Capítulo ·2 Destiny Exchange

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—¿Qué? —Preguntó con miedo.

—¿Acaso sabías que mentirle a la policía es un delito?

—Dile al policía todo lo que sabes, por favor.

—Es que no entiendo de qué habla, Annelisse y yo no somos amigas —dijo molesta.

—Señora, por el momento vamos a dejar esta conversación aquí. Vamos a hacer el debido proceso, por lo que le vamos a pedir que por favor no salgan de la ciudad por este tiempo. Hay ciertos detalles que necesitamos aclarar con su hija.

Nora asintió y acompañó al policía a la puerta.

—No me mires así. —Replicó la adolescente algo molesta.

—La que debería estar molesta aquí soy yo. ¿Vas a tener el valor de decirme qué fue lo que sucedió, o vamos a seguir jugando a las mentiras? Esto es algo muy serio y no sé si entiendes las complicaciones de mentirle a la policía o, peor aún, encubrir alguien.

—¿Acaso crees que tengo algo que ver? ¿Realmente piensas que ayudé a mi amiga Annelisse a escaparse con algún idiota? O mejor aún, ¿piensas que la maté?

— Deja el sarcasmo y respétame. Si no tienes nada que ver empieza a hablar.

— ¿Y me vas a creer?

—¿Cómo quieres que te crea si lo único que haces es mentir?

—Entonces ni siquiera me voy a molestar —dijo tomando su bolso del sofá y cerrando la puerta con fuerza.

La chica empezó a caminar sin rumbo.

«Es que no hay forma de huir de Annelisse, ni siquiera cuando ya no esta ¿Cómo logra arruíname la vida incluso cuando desaparece?»

Cuando volvió en sí, notó que se encontraba a unas cuantas cuadras del centro de la cuidad, cerca de su tienda de helado favorita y de un lugar al que hacía mucho tiempo no visitaba; cuando estaba en quinto grado ella y su amiga Sophia, se bajaban en la tercera parada del bus después de su casa para ir a comprar un helado de chicle y frambuesa, se sentaban por horas en el pequeño boulevard y observaban como los niños pequeños jugaban con el agua de las fuentes que salían del piso, Victoria recordaba lo mucho que se reían y lo feliz que era en ese momento. Pero lo mejor de ese lugar era una pequeña y vieja tienda llamada Destiny Exchange.

Aquel lugar era bastante inusual, era una tienda común de antigüedades, pero también tenían una dinámica bastante interesante. El objetivo era "intercambiar con el destino". Tenías que traer algo de valor sentimental o que creías que debía ser compartido con alguien más. Después, los encargados de la tienda te regresaban algo al azar que otra persona dejó; según sus dueños, la vida ya tiene el destino escrito, y aseguran que es el objeto el que escoge a su próximo dueño y le ayudará a forjar su camino.

Sin duda, ahora que está un poco más grande se preguntaba ¿cuantas drogas consumían los dueños para crear esa dinámica? pero la familia Corrick nunca ha sido la más cuerda del lugar. La leyenda cuenta que su fundadora la señora Virginia había encontrado un cofre dentro de una casa vieja que alguna vez compró, la caja contenía una especie de collar con un dije grande, el cual no le pareció nada favorecedor, pero igual lo guardó por años. Hasta que tiempo después cuando adquirió la tienda, notó que había una pequeña puerta con un cerrojo que parecía tener una forma muy particular, tras analizarlo se dio cuenta que aquel collar horrible encajaba perfecto y era la llave de la puerta.

Al final de la historia, la mujer encontró una gran cantidad de reliquias que vendió a coleccionistas, esto le permitió juntar una cantidad significativa de dinero para vivir tranquila. Creó la dinámica tiempo después esperando que alguien vuelva a correr con la misma suerte.

AnnelisseWhere stories live. Discover now