Día 43 [Lunes]

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Kyungsoo se asomó por la pequeña ventana que cada puerta tenía en el centro y miró dentro del salón que había rondado hace varios minutos.
Era la primera hora, y al igual que los últimos días el asiento que normalmente ocupaba Jongin para esa clase estaba vacío.

Con un suspiro se alejó del aula y corrió a su propia clase. Se había atrasado a propósito con tal de confirmar la asistencia de su moreno al colegio y ahora que estaba sentado en su lugar ignorando el regaño del profesor de matemática lo extrañaba más que nunca.

La preocupación lo carcomía por dentro al punto de hacerlo imaginar los peores escenarios que podrían ser la causa de la inasistencia de Jongin. Sus pensamientos pasaban desde la muerte a un resfriado, pero nunca cosas buenas como unas vacaciones, Jongin había demostrado ser demasiado responsable como para evadir sus horarios.

Después de que los amigos de Jongin movieran una mesa y algunas sillas hasta el lugar que ocupaba junto a sus amigos en la cafetería para almorzar esperó que el primero saliera en la conversación. Suponía que Sehun, Jongdae o Chanyeol debían saber algo, pero el nombre de su moreno o su situación particular no se mencionaron en todo lo que iba de la semana. Sintiendo como su tranquilidad y paciencia se acababa, Kyungsoo decidió correr tras el más alto del grupo después del almuerzo. 

- ¡Chanyeol! Maldita sea, tus piernas son enormes. - soltó cuando al fin lo alcanzó.

Lo había tomado por un hombro para detenerlo y hacer que se volteara provocando que luciera algo desconcertado.

- ¿Gracias? - no era raro el no saber como tomarse las palabras de Kyungsoo así que el tono de duda no lo sorprendió. - ¿Qué pasa?

- Necesito preguntarte algo.

El ambiente se tornó serio cuando Chanyeol notó la expresión del pelirrojo. Se mordía el labio inferior y no era capaz de mirarlo a los ojos por muchos segundos.

- Es sobre... Jongin. - susurró, preocupado de que su amigo fuera a indagar en los motivos de sus preocupaciones por el moreno. - ¿Sabes algo sobre él?

- ¿A qué te refieres? - preguntó Chanyeol. Pues claro que sabía cosas de él, después de todo era su amigo. Sabía que era alto, sabía de sus hobbies y varias curiosidades, por lo que la pregunta formulada lo dejó con mucha información como posible respuesta.

- ¿Él está bien? No ha venido a clases durante días y...

- Está bien, Kyungsoo. - la mano de Chanyeol se posicionó en su hombro haciendo que levantara la vista y se encontrara con una gran sonrisa. - Aunque, si estás tan preocupado, quizás necesite alguien con quien hablar... ¿Podrías ir a su casa y hacer que se distraiga un poco? - se metió las manos en los bolsillos en busca de un lápiz y cuando lo tuvo escribió en el brazo de Kyungsoo que lo miraba confundido. - Ésta es su dirección. Iría yo mismo pero como Jongin no está en los entrenamientos para hacer de capitán y Sehun es el segundo al mando... - chasqueo la lengua en señal de disconformidad y negó con la cabeza mirándolo divertido. - Creo que sabes que no es muy bueno dando ordenes con ésa voz de susurro que tiene así que me quedo a ayudar.

Después de eso, Chanyeol revolvió el cabello de Kyungsoo y se fue con la misma velocidad con la que iba desde un comienzo.

Kyungsoo miró las letras en su brazo y se apresuró a traspasarlas a una nota del teléfono móvil por si se borraba de su piel.

Y fue una suerte haberlo hecho, pues no fue capaz de visitar a Jongin en toda la semana a pesar de que las palabras de Chanyeol debieron haberlo incitado a ello.

No se arrepentía, pero hoy iría si o sí a verlo. Tuvo que esperar hasta el último timbre para usar su teléfono y la aplicación de Google Maps.

No estaba muy lejos y aunque estaba señalizada una ruta en autobús decidió que se iría caminando para aprovechar de calmar sus pensamientos y regular su respiración.

Intentó caminar por la sombra para no sudar más de lo necesario y supo que había llegado cuando a través de la ventana de una casa estaba una perrita que reconoció como Jjangah. 

Jongin un día subió una foto a Instagram con ella reconociéndola como nueva integrante de la familia, así que Kyungsoo podía estar seguro de que ésa era la casa. Se adentró por el patio provocando que la canina comenzara a ladrar hasta que hubo tocado la puerta.

Al principio no se escuchó nada, luego de todo. Gritos llenos de insultos y hasta algo romperse antes de que Jongin abriera la puerta. Pareció confundido al verlo ahí, pero no tuvo tiempo de preguntarle algo antes de que los gritos dentro de la casa lo hicieran fruncir el ceño y azotar la madera tras él.

Kyungsoo tampoco fue capaz de hablar antes de que el moreno lo tomara por el brazo y lo jalara a algún lugar del que no se enteró como llegaron porque en lo único que Kyungsoo podía pensar era en el toque de la mano de Jongin sobre la piel de su muñeca. Caliente.

- Lo siento por eso. - susurró Jongin con una media sonrisa. El gesto no era ni la sombra de sus habituales sonrisas que eran todo dientes y hacían que sus ojos brillaban. Ésta era mas bien una mueca incómoda y avergonzada. - Normalmente te hubiera hecho entrar y te habría ofrecido algo para beber, pero créeme cuando te digo que no es agradable estar en ésa casa en estos momentos. - su voz también era apagada, y Kyungsoo pudo notar que sus gestos corporales eran tensos cuando el chico suspiró, se volteó para caminar a una banca que estaba a unos pasos de ellos y se sentó.

Rápidamente lo imitó, intentando sentarse lo más cerca de él porque sdsjdsd pero sin incomodarlo.

Kyungsoo negó con la cabeza rápidamente restándole importancia y se dedicó a mirar a su alrededor. Estaban en un parque lleno de árboles, algunas bancas como en la que estaban sentados y uno que otro niño jugando acompañado de sus padres.

- ¿Estás bien? - preguntó Kyungsoo después de unos minutos.

- En teoría. - respondió Jongin con la vista fija en los columpios donde un padre empujaba a una pequeña niña. - No estoy enfermo ni herido, pero...

- Puedes contarme. - dijo el pelirrojo al notar como las palabras habían quedado colgadas del aire. Sus palabras hicieron que Jongin volteara a verlo, haciéndolo sonrojarse y sentirse terriblemente apenado por su atrevimiento. - Es decir, si quieres...

- Tu... ¿Viniste porque estabas preocupado por mi? - preguntó con la expresión en blanco.

Kyungsoo no supo que decir, a pesar que tenía la respuesta clara. Sintió como su palpitar se aceleraba porque cualquier cosa que declarara lo iba a comprometer. No quería decir que sí, porque en cierto modo dejaría al descubierto sus sentimientos, pero tampoco quería negarlo y cortar cualquier avance que pudiese estar logrando.

El moreno se mantuvo mirándolo un rato y luego de unos momentos, asintió. Jongin sonrió fugazmente y luego miró al frente.

- Mis padres se están divorciando. - soltó con un tono de voz que no dejaba paso a estipulaciones sobre su estado de ánimo. - Mamá vio como le eran infiel y aunque están viviendo juntos, están odiándose constantemente... Es realmente agotador vivir con ellos, pero debo quedarme para vigilar que no se maten el uno al otro, por eso no he podido ir a la escuela estos días. Incluso cuando el divorcio esté firmado, aún tendré que mudarme...

Kyungsoo prestó atención en su relato y cuando terminó no supo qué decir. Su madre rara vez levantaba la voz, siempre estaba para cuando lo necesitaba y su padre había muerto cuando era bebé, así que no tenía  problemas familiares.

- Lo siento. - susurró.

Jongin sonrió de forma real, se le veía relajado y más animado. Incluso se acercó más, cortando la distancia entre sus cuerpos.

- No es tu culpa, no debes disculparte por eso... Sin embargo, deberás hacerte cargo de otra cosa.

Kyungsoo lo miró confundido y se quedó congelado cuando Jongin estiró su mano hacia él  y acarició las hebras rojizas de su cabeza.

- Vas a matarme con lo hermoso que te ves.



100 días para estar con él [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now