don't let me go [Bubbline]

Mi heroina

Era un día frío, cuando el invierno calaba hasta los huesos. Cuando en medio de tristeza luego de ser expulsada del instituto paseaba por las calles, temblando en busca de calor, y con el miedo hasta la medula por la reacción de mis padres.

En medio de todo eso, me sentía sola e incomprendida, como si en todo el tumulto de gente que caminaba de un lado a otro en busca de la regalos navideños, no hubiese nadie, no hubiese nada, solo un vacío demoledor que me consumía en un abismo sin fondo ni fin.

Y de un momento a otro, tropecé. Pero, no por una grieta o piedrita, no, yo tropecé con algo mas duro. Fue un nano segundo, un instante tan efímero que bien podría confundirse con una alucinación, fue en el instante en que levante mi rostro que te vi, y tropecé con tu sonrisa.

Estabas allí, tan brillante. Que basto ese pequeño instante para que lograras deslumbrarme, atraparme con una sola mirada. Tu no habías reparado siquiera en mi presencia, estabas ocupada jugando con un grupo de niños, mientras reías y mostrabas tu maravillosa sonrisa, eras como un radiante sol en un día nublado.

Fue así, como de entre las pequeñas gotas que empezaban a caer, tu alumbraste mi vida, con tu despreocupado caminar, y tu tranquila alegría, me diste una paz tan increíble, que por toda esa tarde no pude parar de sonreír, de pronto me diste fuerza para enfrentar todo, con tan sólo aparecer frente a mi. Sin siquiera mirarme.

Después de eso, yo emprendí mi camino hacia mi hogar, dispuesta a enfrentar a mis padres, a contarles los motivos de mi expulsión, a luchar por mis sueños de una vez por todas. Perdiéndote de vista por entre la gente y agradeciendo desde el fondo de mi ser a mi salvadora anónima, a quien seguramente, le estaría agradecida por el resto de mi vida.

Susurrando al viento que jamas olvidaría esa luz y calidez que conocí en medio de la oscuridad y el miedo, prometiendo nunca olvidarte.