CAPÍTULO VEINTISÉIS

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Durante la cena, las sobrinas de James me agarran por ellos codos y me veo obligada a sentarme entre ellas. Hablan con tanta rapidez que me pierdo en sus palabras. De vez en cuando asiento la cabeza en señal de que las estoy escuchando.

Por el rabillo del ojo veo que James está mirándome con una sonrisa burlona. Disimuladamente agarro el cuchillo para cortar carne y con un movimiento parto una salchicha a la mitad. James traga saliva ruidosamente. Le lanzo una mirada que espero que diga «si no salvas de las guacamayas, hijo de puta, cumpliré mi amenaza y te castraré». Harry deja de prestarle atención a Margaret y nos mira inexpresivo.

-¿Cómo era tu esposo, Ana? -pregunta Margaret y yo volteo a ver a James. Él se encoge de hombros.

-¿Mi esposo? -repito tratando de no parecer horrorizada por la pregunta. Harry arquea las cejas. Lo fulmino con la mirada-. Un patán. Guapo, sí, pero un imbécil. Ma traicionó.

-Oh, dulzura -dice Sara subiendo los pies a la mesa. Mónica se los baja de un manotazo-. ¿Te engañó con otra mujer?

-Sí -respondo dando un golpe en la mesa. Todos dan un salto-. Una enfermera puta -digo con voz chillona-. Pero lo que me dolió más fue su poca valentía. Era tan cobarde que ni siquiera tenía el valor para admitir sus errores. Buscaba excusas tontas y...

Harry arrastra la silla hacía atrás y se levanta de un salto. Al ver que todos lo miran se ruboriza y se mira las botas.

-Cena exquisita, Margs -le dice a la abuela de James-, gracias pero tengo que ir a descansar la pierna.

-¿Se enojo por lo que dijiste? -pregunta Mónica en voz baja. Es como si cuando Harry se fue súbitamente recupero la voz.

-Era muy amigo de mi esposo -respondo revolviendo la comida de mi plato.

-¿Y tú, James? -pregunta Sara, lanzándole un pedazo de pan a su primo.

-¿Yo? -pregunta James bajando el muslo de pollo que estaba devorando-. Yo... eh, no -su respuesta suena como una pregunta. Le lanzo una mirada-. Sí, sí lo conocía pero no éramos amigos -dice atropelladamente y se limpia la grasa de los dedos en el pantalón-. Pero era un patán, supongo -concluye y se bebe de un trago el vino que queda en su copa.

Sara vuelve a abrir la boca para interrogar a James pero se calla al oír música. Es una melodía triste. Viene del jardín.

-¿Qué es eso? -pregunta Mónica. Todos nos levantamos y salimos al porche para encontrarnos con Harry sentado en la mecedora tocando el violín.

Después de unos segundos reconozco la melodía. Verano, de Iliorens. La canción cuanta la historia de dos amantes que no pueden estar juntos por sus diferencias. Trato de mantener la cara inexpresiva cuando Harry posa sus ojos en mí.

La melodía termina; Margaret aplaude con vigor, las chicas gritan y James saca una galleta del bolsillo y se la mete en la boca.

-Ahora sí me iré a dormir -dice Harry.

-¿Puedes tocar para nosotras mañana? -pregunta Mónica como sin querer y cuando Harry asiente con la cabeza sonriendo, ella se pone tan roja que por un momento temo que la cara le explote.

-Tan talentoso mi hijo -dice James y besa a Harry en ambas mejillas.

Harry se va y todos volvemos al comedor. Después de terminar la cena, trato de perder el mayor tiempo posible con James para no tener que volver a la habitación. Ayudamos a Margaret a lavar los platos (mientras que las chicas se encargan de secarlos y guardarlos en las estanterías), escuchamos música, vemos la televisión y hasta jugamos ajedrez.

DUNKERQUE → Harry Styles. (Dunkirk) / TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora