El ruido de la alarma que indicaba la llegada del tren le impidió a Jungkook continuar con sus palabras. Pensó que tal vez era lo mejor callar. Si no se debía saber, pues no diría nada. Eso significaba que Suga le diría tarde o temprano la verdad a Jimin, porque lo amaba y no podría ocultarle aquella horrible noticia. Eso pasaría, ¿verdad? Estaba claro que Jungkook deseaba decirle todo en ese instante, pero el tren había llegado y en lo único que ahora podía pensar era en la calidez del cuerpo de Jimin, quien le estaba dando su último abrazo... y esperaba no estar lejos de él por mucho tiempo.

—Adiós, Kook... —dijo con pesar—. Ten buen viaje, cuídate.

—Prométeme que irás a Australia en cuanto puedas —lo observó con tristeza mientras se dirigía hacia el tren—. Que vivirás con nosotros. Prométemelo, por favor. Te lo ruego.

Jimin tan solo sonrió, transmitiéndole tranquilidad y cariño. El joven de cabello azabache entendió que eso era un "no", pero que el deseo de ir con él sí estaba en su corazón. Jungkook le devolvió la sonrisa y se dispuso a ponerse de pie para ingresar al tren, sintiendo un pesar increíble por tener que abandonar a su mejor amigo de esa manera.

Una vez adentro, caminó hasta encontrar su asiento. Observó por la ventana y vio a Jimin allí, de pie en el mismo lugar en el que se había quedado, pero esta vez llorando... Una angustia invadió todo su cuerpo al observarlo exponer todos sus sentimientos justo cuando él estaba en el tren. Posó su mano sobre el vidrio, tratando de que Jimin se calmase un poco y recibió una hermosa sonrisa sincera de su parte. Ambos lloraron sin quitarse la vista el uno del otro, saludándose como si no lo hubiesen hecho antes y sintiendo ese momento como una de las despedidas más crueles.

El tren se puso en marcha y Jungkook sintió cómo la respiración se le cortaba en un instante y, con su corazón latiendo cada vez más rápido, le dio el último saludo a Jimin, mientras veía cómo este desaparecía de su vista a medida que el tren avanzaba.

Suspiró, sintiendo un enorme vacío en su pecho, temblando, teniendo espasmos por el incesante llanto. Debía estar feliz porque vería a su familia y al fin viviría en paz, pero sin Jimin no era lo mismo..., no ahora que por fin había recuperado su cariño, no sabiendo que lo dejaría solo, que él se enteraría de toda la verdad tarde o temprano y no estaría allí para darle el apoyo que seguro necesitaría.

Se acomodó en el asiento, posando su mentón sobre su mano y observando el paisaje. ¿Qué sería de su vida ahora...? Maldición, no pudo despedirse de Taehyung, no pudo decirle un último "te amo". Sintió una punzada en su nariz, pero contuvo el llanto, cerrando sus ojos.

—Te vas a derretir por tanto llorar.

El joven de cabello azabache abrió sus ojos con sorpresa y observó al chico que se había sentado frente a él, cosa que le extrañó. Frunció su ceño con molestia y decidió ignorarlo. Se veía de su edad, cabello castaño, piel un poco pálida la suya. Incluso se parecían físicamente, por lo que se extrañó más. No se veía como alguien sospechoso, pero...

—¿Tu novio? —Preguntó con total descaro.

—¿Mi qué?

—El de pelo rosa y gorra, ¿tu novio?

—¡Claro que no! ¡¿Qué dices?! —Se exaltó—. Es mi mejor amigo.

—Oh, bueno —rio avergonzado—. "Mejor amigo", medio novio.

—¿Quieres dejar de hablarme como si nos conociéramos? —Preguntó un poco hostil.

—Oh, cierto —hizo una expresión de asombro—. Kim Yugyeom, un placer. ¿Tú cómo te llamas? Casual encuentro en un tren, ¿no lo crees, hermano?

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