Parte 8. Se que mientes.

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Ambos se colocan de pies aturdidos.

- señorita Burrell -dice Richard.

- Alise, tanto tiempo.

Habla ahora Lucas, con su horripilante sonrisa engreída que no combina para nada con los moretones que de seguro son el legado de la golpiza que le propino, Ben.

- veo que se te devolvió -comento refiriéndome a lo que me hizo en el pasado y logrando que su sonrisa desaparezca- ¿Podría decirme la razón exacta de por qué fue despedido Mathews? -pregunto ahora mirando al que es mi remplazo.

- porque...

- ¡oh! Cierto, acabo de recordar que solo es mi remplazo -le interrumpo llevándome la punta de mis dedos a mis labios y fingiendo asombro- y que si no mal recuerdo usted no está en derecho de hacerlo porque dicte que solo yo podía hacer tales cosas, hace un años.

- señorita Burrell...

- por otro lado sabia que él es mi novio -informo ganándome el asombro de todos, porque de seguro pensaban que no sería capaz de decirlo y mucho menos al personal de trabajo- vamos, vaya y coméntenselo a los demás, diga la mierda que quiera...o es que no cree que me he dado por entera de lo que dice a mis espaldas. Vamos corra y dígaselo a los demás, que me ahorra la tarea de hacer pública mi relación.

- Alise...

- tú no digas nada -le corto a Lucas- vuelve a meterte en mi vida y juro esta vez muy en serio que hare todo lo que esté en mi alcance para de volverte todo el daño que me has hecho.

Sin más que decir me vuelvo hacia la salida.

Ben.*

Había salido a correr y hacer un poco de ejercicio en el pequeño gimnasio que el edificio tiene, la verdad es que ayer con suerte abre bebido dos botellas de cerveza y me abre ido a dormir o eso intente hasta pasado las tres de la madrugada donde finalmente cerré mis ojos.

- buenos días -exclama animadamente Danny, con un platillo de cereales en manos y vistiendo unos jeans negros y una musculosa un copo grande.

- ¿vas a salir?

- más bien huir -responde a lo que no puedo evitar mirarle confundido- perdón. Me corrijo, voy a ver qué tal esta la tienda en mi ausencia ¿tú que harás?

- tomare una ducha y tratare de dormir un par de horas -respondo mirando el reloj donde marcan las nueve y media- a lo mas abre dormido sus cinco o cuatro horas.

Iba de camino a la cocina, cuando repentinamente lo escucho decir:

- oh, mira la hora que es. Se me hace tarde.

Realmente está actuando extraño, por lo que me devuelvo por donde he venido para interrogarle cuando desde la puerta grita.

- ¡nos vemos, Ben! ¡Lamento no quedarme a desayunar contigo!

- espera...

Pero ya había cerrado la puerta detrás de él. Con cansancio paso mi mano por mi nuca y voy de vuelta a la cocina para tomar una botella de agua del refrigerador y beberla hasta la mitad, justo cuando creí olvidarme de él, llaman a la puerta por lo que extrañado miro hacia allí para fijarme que sobre el sofá descansa una chaqueta que de seguro iba a llevar consigo pero que ha olvidado.

Sin pensarlo mucho me acerco para tomarla y girarme a abrir la puerta, creyendo que se trataría únicamente de él y no de la mujer que fue la provocante de mi insomnio, la cual hasta a cambiado mis ideales por otros.

- Alise...

Susurro aturdido.

- tienes agachas para no contestar a mis llamadas. Para no decirme nada de lo sucedido. Para no recurrir a mi cuando tienes problemas ¿no? -suelta molesta y pasando por un costado- no me digas que quieres terminar con lo nuestro.

Lo último lo dijo como una súplica que logro estremecerme por completo, al mismo tiempo que cierro la puerta y me giro a verla. Desde que la conocí no me ha dejado de preocupar, sorprender el simple hecho de que sea consciente de mis pensamientos antes de que los pueda decir en voz alta.

- mírame -digo sin más, sabiendo que lo que está por venir no se puede esquivar- Alise, yo no soy el mejor tipo para ti...

- ¡de eso tuviste que ser consiente cuando todo esto comenzó! -exclama frunciendo el ceño.

- y sí que lo era -respondo pensando en mis siguientes palabras y viendo que me arrepentiré- pero eras la niña rica que me podría ayudar en mis problemas y pensé "oh, vamos que tan difícil puede resulta enamorarla"...

- no sigas por ese camino -advierte interrumpiéndome.

- o ¿Qué? -al ver que no dice nada, sigo- lo siento, siempre fue tu dinero. Pero ya no puedo soportarte, eres insoportable, inmadura -eres la peor mierda, Ben. Mi mente no deja de repetírmelo en cada palabra que sale de mi boca- así que terminemos con esta farsa...

- ¡cállate!

Dice llevándose las manos a los oídos y hacerme sentir peor al ver que la he herido realmente con esa reacción.

Cae sobre sus rodillas.

Si me quedo no sere capaz de seguir y no la dejare ir, así que me dispongo a marcharme con lo poco que me queda de fuerzas.

- ¡tendrás que escucharme! -grita logrando detenerme a lo que ella se coloco de pies para tomarme del brazo y jalarme para que la mire- ¡no me interesa las opiniones de los demás! ¡No me interesa tu pasado y nuestras diferencias! ¡No me interesa! ¡Jamás lo hicieron!

Sus pechos suben y bajan agitados, mientras de sus mejillas caen lagrimas. Ha gritado cada una de las palabras sin importarle que alguien más le escuche, sin importarle nada.

- te quiero... -susurra mirándome a los ojos- te amo...y no puedes venir y decirme que quieres acabar con todo. No puedes... ¡no te lo permitiré! -pasa su palma por su rostro y luego la estampa en mi pecho, al segundo golpe suelto un quejido de dolor y retrocedo un paso- no quiero que terminemos...se que mientes.

La envuelvo entre mis brazos al mismo tiempo que caemos de rodillas al suelo y su llanto sale a flote, mientras yo no puedo evitar sentirme como la peor persona por haberla hecho llorar.

Somos un desastre.

Y dudo de que más adelante logre mentirle.


Ella es mi Jefa. SIN EDITARWhere stories live. Discover now