Capítulo 8. Obsequios.

6.2K 307 5
                                    

Aproximadamente faltaba poco para las ocho de la noche cuando llegaba al edificio, dispuesto a tomar una ducha, comer algo y luego dejarme caer en mi cama, después de todo no había sido una muy buena idea trasnochar la noche anterior, así que con un gran bostezo abrí la puerta del departamento y viendo de inmediato a Erick, quien miraba fijo algo.

– hola –digo luego de cerrar la puerta, depositando las llaves encima de un mueve cercano a la entrada– ¿Qué es eso? –interrogo ahora sacándome la chaqueta y viendo lo que ha tomado su atención por completo.

Tres bolsas de unas tiendas de lujo, eso es lo que puedo deducir por el sello que hay en ellas.

– hola –responde una vez que estoy a su lado– no lo sé, cariño. Ha llegado a tu nombre hace solo unos segundos –agrega queriendo sonar como una esposa enfadada, lo que realmente no le resulta.

– pero si yo no tengo dinero, para darme lujos ¿seguro que no se han equivocado? –digo ahora sacando un collar de una especie de cuerda donde pongo mi anillo para luego colocarlo alrededor de mi cuello– con suerte tuve solo para esto –señaló– de seguro se han equivocado.

– no –reitera mirándome– lo han dejado a tu nombre.

– ¿no preguntaste por quien lo ha enviado? –pregunto a lo que niega con una cara de "–diablos, no se me ha ocurrido–" tomó una de las bolsas para luego sentarme en el sofá– de seguro ha sido alguien que se ha enterado del término de mi salida...

Frunzo el ceño al apenas abrirla encontrarme la camisa azul que me probé esta tarde para las amigas de mi jefa, paso a la siguiente bolsa preocupando a mi amigo por la velocidad en que lo hago, encontrando las otras prendas que me he puesto en lo que parecía una jugarreta y prueba.

¿Qué mierda?

– ­¿Qué pasa? –cuestiona al ver que me he quedado quieto.

– resulta que esta tarde como petición o obligación –no sé por cual decidirme– el caso es que me probé estas mismas ropas delante de ella y unas amigas que le acompañaban.

Erick pestañea incrédulo ante mis palabras.

– pues entonces o eres un conquistador, galán –dice señalándome– o te lo regalo la tienda, porque dejaste apestosas las prendas.

– podrías por lo menos ayudar ¿no? –sugiero colocándome de pies y encaminandome hacia mi habitación– las devolveré mañana.

– no lo hagas, de seguro a sido una de sus amigas. Tu solo acepta el regalo, porque si no mal recuerdo las devoluciones se hacen con boleta y déjame decirte que tu no cuentas con ellas.

– al menos tu cerebro aún es capaz de razonar –le devuelvo el insulto.

– gracias –dice un poco molesto e ofendido– lo mejor es que hagas una investigación o deduzcas quien fue para por lo menos agradecérselo.

Miró las bolsas sin evitar suspirar ¿Cómo haría aquello? Por otro lado recuerdo una de mis incógnitas en la que él, podría ayudarme a obtener alguna respuesta.

– Erick –le llamó trayéndolo de vuelta al living, ya que estaba por ir al baño– ¿sabías algo al respecto de que su ex novio la golpeaba?

Su rostro asombrado me da la respuesta sin necesidad de hablar, no tenía ni siquiera idea. Me centro en analizar el contenido de las bolsas que están en mi regazo.

– me di por enterado de aquello al escucharla hablar con una de sus amigas.

– eso lo jode todo.

¿De qué manera? Pues ella no se merecía nada de lo que este loco quiere que yo haga, pero no hace que se retracte de callarse ni de atormentarme.

Ella es mi Jefa. SIN EDITARKde žijí příběhy. Začni objevovat