Capítulo 2. Alcohol y Cigarrillos.

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La música estaba a un volumen moderado y de todos modos podrías oírla desde cualquier parte del departamento. En el lugar había desde caras conocidas a desconocidas, y pese a esto último, al ser más amigos de Erick, el trato que recibía por esas personas era agradable. Todo a mi alrededor me parecía un sueño, y no porque no haya interactuado con otras personas en la cárcel, sino que por lo distinto que era el ambiente, vibrante, las risas que se escuchaban eran sinceras y no forzadas por un mal chiste, además aquí había alcohol y cigarrillos algo que no disfrutaba gratamente antes, pero a lo que ahora tenía acceso sin restricciones y en un constante movimiento.

Todos estábamos reunidos en la sala de estar, uno que otro estaba en el balcón pero no estaban lo sufrientemente lejos como para no formar parte de las bromas que flotaban en el interior, por mi parte una que otra ocasión formaba parte de las risas y en otras al estar hablando con Catia, una amiga de universidad que también formo parte del grupo reducido de personas que intentó ayudarme, de hecho ella fue quien me facilitó las cosas al conseguir un buen abogado, el cual con sus esfuerzos logró reducir un poco la condena. Ambos estábamos sentados en el mismo sofá, uno al lado del otro cuando Erick, toma asiento a mi lado, captando nuestra atención.

— ya tengo una oferta de trabajo.

Comenta entre susurros y mirando de un lado a otro, como si no quisiera que esto fuera más allá de nuestros oídos y a mi parecer como si se tratara de traficar armas o drogas.

No puedo evitar contemplarlo con incredulidad, en la tarde habíamos estado buscando algo desde su laptop, dado que si bien yo tenía dinero para mantenerme un mes consideraba que no era suficiente y tampoco podía soportar el quedarme de brazos cruzados, pero la realidad era otra y lo que pareció fácil años anteriores o en un comienzo, ahora era difícil, llamamos a uno que otro número y todo fluía bien hasta que me pedían experiencias o pedían mis documentaciones, aunque en la mitad del camino yo ya me había rendido, el por su lado no lo dejo hasta casi el comienzo de la fiesta.

— un amigo mío rechazó la oferta y pues me dio el dato —añade dándole un trago a la botella que sostenía entre sus manos— según me dijo, serás como un tipo de guardaespaldas o compañero de vigilancia, y que además de que la paga es buena.

— yo no tengo los estudios completos, tampoco especialidad en eso... y tambien, es un trabajo que debe de tomarse seriamente, Erick. Además, estamos hablando de cuidar de alguien, velar por su bienestar.

Comento desviando mi mirada de él, hacia cualquier otro punto del departamento, pensando un poco en sus palabras, este hombre al parecer todavía tiene una tendencia por tomar todo muy a la ligera.

— Ben, tienes cinco años de autodefensa, eres alto y de seguro fuerte, demasiado serio en todo, yo diría que tienes las cualidades para aquello, incluso me atrevo a decir que serias mejor que mi amigo —intenta persuadir Erick.

— Erick tiene razón —hablo Catia esta vez— ¿no te basta con lo serio que eres en todo? Eres igual de amargado que Frank Farmen, y a puesto que harías un muy buen trabajo —añadió y al ver que no hable, prosiguió— Vamos, Ben. Hay ofertas que solo se dan una vez, no cuesta nada intentarlo-

Ánimo la chica que estaba a mi otro costado. No negaré la mala cara que puse respecto a su mala broma debido a como soy y su por comparación.

— además quien sabe, a lo mejor te dan la oportunidad, descubren que te sienta de maravillas y ellos optan por ignorar la mancha que llevas en tu historial —habla Erick extendiéndome una tarjeta— hasta me ha dado la tarjeta con el número y la dirección.

Tomó el papel que extiende, el cual apenas tomo veo que lleva una cobertura casi negra con letras en dorado, "Suivre" sobre destaca.

— oye ¿Qué tipo de amigos tienes? —comentó centrándome en su rostro ahora totalmente sorprendido– ¿Quién te lo dio? Erick.

Ella es mi Jefa. SIN EDITARWhere stories live. Discover now