—¡Sí! —sollozó—. T-te necesito, más.                      

Lágrimas agolpándose en el límite inferior de sus enrojecidos ojos. La lengua de Taeyeon se deslizó por la zona de piel lastimada, lamiendo y haciéndola arder.

—Voy a malditamente llenarte de mí, corderita —susurró Taeyeon sobre el oído de Tiffany. Tironeándole el lóbulo de la oreja.

Tiffany se estremeció por las palabras de Taeyeon. Tan sucias y carnales. La emperadora llevó su otra mano hasta el clítoris de Tiffany, abarcando la mano de esta y ayudándola a masturbarse más rápido.

—Te gusta esto, ¿verdad? Ser una maldita hembra y tener mis dedos dentro de ti.

Tiffany gimoteó en respuesta. La capacidad del habla yacía extraviada en alguna parte de su cabeza. Solo podía limitarse a sacudir su cabeza de arriba abajo con esfuerzo. ¿Para qué mentir? Lo quería todo de Taeyeon.

El sexo con su dueña siempre era así. Al borde de lo animal, inmoralmente sucio y pecaminoso. Las palabras eran obscenas y Taeyeon parecía disfrutar subyugándola. Recordándole a Tiffany cuan suya era.

—M-me corro —lloriqueó lastimeramente. Tensándose y apretando los ojos mientras alcanzaba el orgasmo.

Sus paredes internas se estrecharon alrededor de los dedos de Taeyeon, haciéndola jadear rasposo de placer. Se sostuvo gracias a las manos de Taeyeon que envolvieron su abdomen, sin fuerza aparente en sus piernas y con la visión borrosa. Todo pensamiento coherente se encontraba nublado por una capa de placer al encontrarse en el cielo de los orgasmos.

Taeyeon giro a Tiffany y tomo su mano, introduciendo dos dedos de la americana dentro de ella, buscando llegar a su propio orgasmo, con embestidas rápidas y duras, Taeyeon se aferró a la americana de tal manera que sus uñas penetraron su piel, los gemidos de la coreana se perdían en la habitación, Taeyeon temblaba debido al orgasmo el cual alcanzó luego de unas cuantas penetraciones más. Permanecieron en esa posición hasta que sus respiraciones se normalizaran.

—Mierda. Se siente tan bien...— Taeyeon saco los dedos de la americana de su interior y su cuerpo se sacudió levemente—. Ven, te llevo a la cama que pareces una maldita cadáver temblorosa ahí.

—T-tan romántica —murmuró botando el aire de sus pulmones.

Taeyeon soltó una risilla mientras limpiaba los exhaustos dedos de la americana dentro de su boca.

—Es lo que me haces. Me pones como una amariconada mamona. —Coloco una mano sobre un glúteo de Tiffany en una fuerte nalgada que hizo a la castaña dar un salto.

—¡Bestia! —Exclamó Tiffany, sobándose su adolorido trasero—. Joder, casi me rompes la cadera.

—Que te quejas, maricona Si te encanta que te azote.

Se inclinó y tomó el pantalón de Tiffany que se encontraba hasta sus tobillos. Enganchó el borde a sus dedos y lo subió, no sin antes dar un lametón en la roja y lastimada piel de su cordera. La cargó hasta la cama, donde Tiffany se terminó de vestir y se acomodó de costado.

Taeyeon se colocó una vieja camiseta de mangas largas. Giró el seguro interno y abrió la puerta de la celda para que entrara algo de ventilación. Algunas reclusas que pasaban por fuera la saludaron con temor y otras simplemente pasaban con la cabeza gacha.

El reloj de muñeca de Taeyeon marcaba las seis de la tarde. Arrugó la nariz al ver que se había pasado tres jodidas horas encerrada, follándose a Tiffany. No había ido a entrenar y al día siguiente desfilaban nuevas peleadoras para el torneo a realizarse en la noche.

 [TAENY]Where stories live. Discover now