Capítulo 35-Preparada-

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Simplemente no tenía fuerzas para seguir adelante, mi cuerpo se movía por inercia, porque mi cabeza estaba apagada. No había fuerzas ni para llorar, las lágrimas simplemente se secaron. Estaba compenetrada mirando la nada, sentada en la cama de mi antiguo cuarto, así estuve mucho tiempo me habían contado mis padres que esperaban con ansias saber que había pasado en aquel encuentro. No había pronunciado palabra alguna aquel día, y no es porque no quise, es que no las tenía. No sabía cómo afrontar lo que el destino había tirado en mi vida, pero de lo que estaba segura era que iba a ir a ver a Marcell todas las veces que fueran necesarias hasta saber el ultimo detalle de su vida, necesitaba escucharlo de su propia boca y creía que cuando este más calmado podría hablar con el tranquilamente.

Después de haber pasado por aquel trance pude hablar claramente con mis padres, pude transmitirles casi todo lo que está pasando en mí.

-No tienes la culpa de nada cariño, fuiste engañada, todos fuimos engañados.

-Lo sé papá, pero necesito mas respuestas- le contesté mientras tomaba un té en el sillón.

Después de tantas palabras llaman a la puerta. Mis amigos habían aparecido tras enterarse de lo ocurrido, nos echamos en un abrazo masivo, casi infinito.

-todavía no pudo creer todo lo que está pasando- me decía Carolina que sostenía la mano de Braian, se veían tan unidos.

-Yo no...-Dijo Mariano de repente, todos lo miramos fugazmente en silencio, esperando que siga hablando.

-Siempre me pareció una persona oscura.

Lo había mirado detenidamente pensando en sus palabras, no quería darle la razón pero en el fondo sabía que era cierto y preferí guardar silencio.

-Todos tenemos nuestro carácter Mariano-Le dijo Samanta.

-Nunca me gustó ese tipo, siempre me picó cada cosa que escuchaba de él pero siempre callé porque era la pareja de una de mis mejores amigas, ahora que lo veo por todos los canales de televisión caratulado como "el asesino serial de Puerto madero" me da asco, y ver sufrir a Mary ¡me indigna! ¡Me indigna saber cómo hundió a mi amiga!- luego me miró y continuó:

-Pero te juro Mary que tus amigos te vamos a sacar de esta, en un abrir y cerrar de ojos será solo una pesadilla del pasado.

Ahí me había puesto a pensar en las palabras de Mariano, el caso de Marcell había salido por todos lados, me sentí excluida de todo aquello, comprendí por que no escuchaba la televisión prendida, o los diarios y revistas que no estaban sobre la mesada de la cocina. Y después pensar que lo que viví con Marcell pase a ser un recuerdo del pasado me había provocado un vacío inmenso, más inmenso aun después de saber algunas cosas que hiso y tenerlo lejos de mí.

Fui dos días consecutivos a ver a Marcell, de los cuales ninguno me dejaron verlo. No pensaba en acobardarme, ni mucho menos victimizarme, pero tenía que ser fuerte para soportar lo que vendría, o eso intentaba por lo menos. La tercera vez que me presente fui recibida por el fiscal Ricardo Salinas.

-Muy bien señora, no voy a interrogarla, ni haremos declaraciones, simplemente hablaremos del caso y repasaremos algunos hechos, ¿está de acuerdo?

Tragué saliva, preparándome para lo que sea.

-Sí, claro.

-Antes de seguir con estos papeleos y dejarla ver solo un momento a su marido, debo contarle que estuve con él durante todo el día de ayer y toda la mañana de hoy, hay cambios en su personalidad, dice cosas realmente confusas y luego las tapa con otros tipo de sucesos, no sé si realmente es una coartada de el para evadir los cargos que se vendrán, mi pregunta es: ¿usted está al tanto de este tipo de comportamiento de su esposo?

Que le podía decir...Marcell siempre fue inestable, grosero y después hacia como si nada hubiera pasado. Lo conocí así y así me enamoré de él.

-¿Señora Desvaux?

-Sí, disculpe, él siempre fue inestable con respecto a su comportamiento, pero no era agresivo ni nada de eso, era parte de su carácter, siempre me protegió, me sentía muy segura a su lado.

Tal vez no dije todo lo que tenía adentro mío, pero algunos detalles preferí guardármelos.

-Entiendo, acabo de dar una orden para que un grupo de psicólogos traten de analizar su conducta o realmente está desvariando.

-Señor Salinas...

-Dígame.

Quisiera saber cuáles son los cargos por los cuales se le imputan a mi marido.

-Bien... ¿está preparada?

-Creo que si...

Tras decir eso en un hilo de vos tomé fuertemente mi pulsera por debajo de la mesa.

Tras decir eso en un hilo de vos tomé fuertemente mi pulsera por debajo de la mesa

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El amor de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora