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2. Lamento no haberte conocido antes


Los ojos de Skylynn se achinaban por el sueño. Escuchar a Greenberg hablar de las relaciones sociales del siglo XVII en verdad dormía. En especial cuando Greenberg tiene la voz grave, gruesa y habla lento, como un auténtico orador.

─Gracias por su atención ─concluyó orgulloso del trabajo que preparó con una sonrisa sin darse cuenta de que nadie lo aplaudía y la mayoría se había dormido en su presentación.

Pobre Greenberg, nadie lo quiere -pensó la castaña con algo de lástima.

─Excelente, chico. Como siempre ─el cansancio de Mr. Boyce se notaba desde millas─. Ya, siéntate ─Skylynn casi se ríe cuando el chico lo vio ofendido─. Roberts ─su sonrisa se borró y encontró la mirada con la del profesor de oratoria─, su turno.

Asintió, despegando el trasero de la silla y avanzó entre las mesas mordiéndose el labio por los nervios al sentir toda la vista sobre ella. Hoy día, Skylynn lucía unos jeans ajustados, una remera más grande que le quedaba al muslo y se encontraba con una de las esquinas guardada en el pantalón; su cabello estaba suelto, con unos mechones los cuales le cubrían los ojos.

Tragó saliva, respiró y trató de no correr a la puerta por la ansiedad. En momentos así siempre Skylynn se encontraba de esta forma: Con las manos sudorosas y el corazón latiendo fuerte.

Odiaba ser tímida. Aborrecía el simple de estar nerviosa en sociedad; En realidad, la castaña nunca tenía miedo cuando tiene que demostrar como en serio es.

─Bueno... ehm... ─carraspeó ubicando un mechón detrás de la oreja─. Mi proyecto trata sobre los últimos casos de ataques animales...

Comenzó a hablar con decisión, tanta que le sorprendió. Pensó que era porque estaba imaginando en las muchas veces que había practicado en su cuarto.

La concentración de Skylynn era innata... hasta que encontró la mirada con unos ojos.

¿Por qué ese color avellana la atraía tanto? Era como un imán. La castaña se preguntó como sería tener esos dos más cerca... a centímetros de los suyos. ¿Cómo lograba perderse en ellos estando a diez metr...?

─Señorita Roberts ─sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz del profesor Boyce─, Prosiga, por favor.

─Ehm... sí ─miró a Stiles otra vez y seguidamente sus zapatillas para no cometer el mismo error que la distrajo en primer lugar─, disculpe.

Siguió con el trabajo y su ─ahora─ poca fluidez. Se trababa de vez en cuando al ver los ojos avellana que tanto la observaban. Ni siquiera estaba segura de si era por el tema de su informe o si realmente por primera vez en años, Stiles se había percatado de su existencia.

Probablemente, las dos anteriores.

─Entonces, concluyendo... les pregunto: ¿Es real el famoso león de montaña? ¿En verdad ha sido su fin? ¿Qué tan seguros estamos de otras especies amenazantes como esta? ─al ver que el silencio se acumuló en la sala añadió: ─Gracias ─cuando recibió aplausos, suspiró aliviada de haber terminado la horrible presentación.

─Muy bien, Roberts. Puedes tomar asiento.

Qué bien. Stiles estaba en el banco de al lado.

Volvió a caminar sintiendo esa mirada sobre ella y corrió prácticamente cuando sonó el timbre para la siguiente clase.

Para la hora de química le tocaba con Erica. Fue un alivio para Skylynn el saber eso ya que también Stiles estaba en esa clase y se ahorraría las formas de evitarlo.

1| LITTLE SECRET ||teen wolf [ʟs] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora