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1. Para eso están las amigas


Las personas que padecían realmente de una enfermedad no merecían la burla de los demás.

Eso le sucede a Erica Reyes.

Eso le hacían constantemente todos los días.

Ella tenía problemas. Muchos.

Para empezar, sus padres no la querían. No soportaban tener una hija a la cual, por su problema, debían asistir y preocuparse todos los días. Tampoco era hija única: tenía un hermanito menor de 6 años quien recibía más atención por dichas razones. 

Siempre pareció injusta su forma de vivir y nadie sabía lo que pasaba detrás de la chica epiléptica.

Nadie, excepto Sky.

Ella se había preocupado por Erica desde el primer día en que la conoció:

Había sido una mañana. En el instituto de Beacon Hills. Era el primer día de clase de Skylynn en dónde tendría unos 8 años. La niña era nueva en la cuidad por temas de su madre en el trabajo.

La pequeña estaba muy emocionada. La mayoría de los niños siempre tienen temor a una nueva vida pero ella estaba feliz. Quería conocer a gente nueva y olvidar todo lo pasado en su otra ciudad.

Entró con el corazón a todo andar. Llevaba vestida ropa moderna. Su mamá se había encargado de que encajara bien, ya que la sociedad de hoy la obligaba a estar en el mismo nivel, por lo que vestía una falda negra que se ubicaba un dedo arriba de la rodilla, una remera sin mangas negra y una camisa a cuadros negra y roja. Quería dar una buena impresión.

Las primeras clases fueron bastante aburridas. No tenía con quien socializar tampoco, pues era tímida en esos aspectos. Sin embargo, no podía dejar de sentir una mirada en mi nuca. Toda la clase.

Al llegar la hora del almuerzo, Skylynn estaba nerviosa. Este era el momento en el que, por no conocer a nadie, se sentaría sola. Avanzaba tranquila, pero su corazón latía fuerte. Si veías sus manos, la delatarían fácilmente. Le temblaban mucho.

Sus cabellos castaños se encontraban a los costados y sus ojos verdes viajaban de un lado a otro, curiosos fijando los lugares disponibles.

Justo antes de detenerse en la entrada para ver las posibles alternativas, una cabellera pelirroja se colocó frente a ella.

—Hola, soy Lydia Martin, aunque todos saben eso.

Skylynn percató que esos cabellos no eran pelirrojos, sino que aparentaban ser un rubio fresa claro.

Tenía miedo de abrir la boca. De hablar o decir algo y que la voz le falle en el intento.

─Te estuve mirando en la hora de inglés ─eso fue un clic en su cabeza. La mirada que sentía, era de ella. De Lydia─. Amo tu estilo.

─Gracias ─logró pronunciar sin titubear. Suspiró aliviada por ello mientras ella acomodaba su melena en uno de sus hombros.

─Como sea, ¿Tu nombre es...?

—Skylynn —divagó unos momentos, nerviosa—. Pero me dicen Sky, o-o... c-como quieras.

Se rascó la nuca. Sí que estaba nerviosa.

Sin embargo, la rubio fresa le sonrió con calidez y ternura. Había algo en ella que la había conmovido. Tal vez el look... o tal vez su tierna inocencia.

1| LITTLE SECRET ||teen wolf [ʟs] EDITANDOWhere stories live. Discover now