Llámame Harry

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-Debo regresar al trabajo, vine para darte las gracias por la puerta, prométeme que dejarás de ser tan duro contigo- Asentí con la mirada agachada.

–Ahora, que tal si quitas esa cara, te duchas y ayudas a Marian con la comida, debe estar algo ocupada y sin duda le vendría bien una mano extra.

Salió de la habitación sin decir más, me quedé allí un rato, tomé mis cosas y me fui a duchar.

Absorto en mis pensamientos, escucho un estruendoso ruido proveniente de abajo seguido de un, aún mayor "¡Mierda!", tomé mi toalla agitado y fui allí.

-¡Julliete!¡Qué te he dicho de ese vocabulario!-

Pude ver una olla caída y a ella parada al frente.

-Si mamá, verás, hay momentos que no se puede evitar-

-¡Pues evítalo o verás!-

-Si si-

Me vio, repentina y rápidamente sonrojada volteó. No entendí el porqué de su reacción, pude sentir una agradable brisa pasar por mi entrepierna. Fue entonces cuando caí en cuenta... la toalla, mi fiel compañera, había traicionado mi confianza y burlona se encontraba en el piso, la tomé y corrí lo más rápido posible hacia mi habitación, agradeciendo que al menos había sido Juliette y no la señora Marian.

Apenado, me quedé en mi habitación, vi en la mesa la tinta de relleno del bolígrafo y pensando me puse a escribir, al pasar el rato noté el bajo atardecer por mi ventana, fue cuando escuché el llamado de la Sra. Hughes indicando que la cena estaba lista, me puse un chaleco fino y bajé.

Al llegar a la mesa había sopa de cebolla, tortilla de anchoas, patatas al gratén y para bajarlo un zumo de uva y manzana, tenia el olfato en el cielo al acercarme a mi asiento.

-Buenas noches-

-Buenas noches Harrison, esperaremos a mi esposo, ya no debe tardar mucho en llegar- pude notar cierta tensión en su voz, recordé mi anterior comportamiento.

Me apresuré a hacerle un cumplido- La cena se ve exquisita Madame, ¿La preparó toda usted?-

-Espero que lo esté, con ayuda de Julie por supuesto-

-Entonces seguro lo estará-

Silencio.

Se escucha la ya no averiada puerta de entrada cerrarse.

Entró el Sr. Hughes a la habitación dándole un beso a su esposa, saludando a su hija. Esperé a que se sentara para tomar asiento.

-Harrison, que dicha que cenes junto a nosotros- Dijo con una formal sonrisa.

-Ahora que lo mencionas es cierto, y hasta se arregló ¿Qué esta sucediendo?-Replico dubitativa su mujer.

-Verá..-

-Lo importante es que estas aquí- Me cortó André.

La cena prosiguió en calma, trate de mantener bajo perfil y solo respondía cuando se me preguntaba algo, aun no me sentía cómodo, pero tenia que hacer el esfuerzo, me mantuve sentado hasta que ya nadie tenia nada que comentar y me ofrecí recoger la mesa. Agradecí que me dejaran encargarme solo.

"Para: E. Lowell

19 de Noviembre de 1922.

Hola...

Tal vez no quieras saber de mí, tal vez sí. ¿Cómo estás?

No sé que decir. Solo que lo siento.

MilWhere stories live. Discover now