Rec° .- JIHAN.

Capitulo 08.-

- Hay algo en lo que no has cambiado como piensas. Tu complejo de ser perfecto e intachable, que juzga y no permite a los demás equivocarse ¿no te has dado cuenta cómo se comportan las personas a tu alrededor? Amas cuando no sabemos que hacer y acudimos a ti, entonces apareces con tu discurso ya armado de lo inconsciente que somos y lo pedida que está la vida. Tú en ese pedestal de la perfección en el que te sientas a criticar todo lo que para ti no está bien. Eso que te hace creer que no me perdonas por la terrible persona que he sido contigo. Perdóname por no haber tenido tu vida Joshua, por haber haberme criado como un bastardo desequilibrado mental y no haber aprendido un poco de tu perfección en todos estos años.

Joshua guardo silencio mirando fijamente el cuadro vanguardista que colgaba en su pared.

- Toqué algo en ti ¿no es así?

- No – respondió luego de un tiempo – hoy sé quién soy Jeonghan, aunque te duela.

Ambos se estaban diciendo verdades reprimidas en el inconsciente. Ambos sabían a la perfección cuanta verdad tenía la palabra del otro. Porque se conocían hasta desnudarse el alma cada que han estado cerca, siendo de esas personas que sin siquiera hablar están conectadas por algo invisible, ambos lo sabían.

- Yo también, por eso estoy aquí hoy, porque algo aprendí de todos los errores que cometí – Jeonghan estaba más serio que en un comienzo con un Joshua muy ido a su lado – En este tiempo me di cuenta de que algo de razón tenías y siempre estoy buscando el drama, pero el hecho de que me haya ido sin explicación y todos los errores que cometí luego, tienen una lógica. Desde pequeño sufrí el abandono del amor, primero mi abuela y yo era muy joven para entenderlo, después lo de papá y finalmente mamá. Me quedé con eso en el corazón ¿sabes? Cuando me di cuenta de que te amaba fue cuando conocí lo que era ser feliz. Pero luego sentí que lo nuestro tenía fecha de término, tú me ibas abandonar en algún momento y yo no podría con eso. Te estaba aburriendo, lo notaba en tu mirada, tu estabas agotado de mí, entonces no encontré mejor solución que abandonarte y de alguna u otra forma sin premeditarlo logré que me amaras aún más. Yo no sé amar sin dañar – la voz del pelinegro se quebró, trayendo a Joshua a la realidad nuevamente y lo miró – Solo aprendí así aun no sé el porqué, trayendo a limite a las personas. Nunca había tenido una relación tan en serio como la nuestra, hasta que nos convertimos en uno y creo que ahí ambos nos perdimos un poco – ambos se miraron - Y es cierto cometí errores, muchos más que tú – lagrimas comenzaban a caer por la mejilla de Jeonghan, este subió sus piernas al sofá y las abrazó – Y me disculpo por ello porque no soy perfecto, nadie lo es – aclaró su garganta para seguir hablando – cuando decidí terminar no fue porque no te amara o lo hiciera menos. No sé porque mi cabeza funciona así, pero lo soy, instintivamente busco el drama y tú todo lo opuesto. Entonces fue así, me vi en la monotonía y decidí ir por otro camino – limpió las lágrimas con la manga de su polera – Finalmente lejos de todo recién pude sentir cuanto te había dañado, en serio – lo miró queriendo verse real - porque el bastardo egoísta que vive en mí no me lo permitió antes – las lágrimas se convirtieron en llanto haciendo a Jeonghan ocultar su cabeza entre sus piernas, quedándose así por un momento – sé que lo más probable es que tu perdón no lo gane por completo jamás, pero me conformo con que lo supieras.

Joshua en todo el tiempo se mantuvo en silencio mirando a Jeonghan, para este último el castaño realmente no mentía cuando decía que había cambiado, porque esa actitud no era común en él. El pelilargo continúo llorando como si hubiese liberado algo que por mucho tiempo lo atormentó, hasta luego de un tiempo Joshua le acercó un vaso de agua, esperó que bebiera y lo colocó sobre la mesa.

- Recuerdas – la voz de Jeonghan salió casi en un hilo por el tiempo que estuvo en silencio – Recuerdas cuando yo me descompensaba y tú me decías que pusiera mi cabeza en tus piernas, porque es como te habían enseñado tu abuela a calmar a las personas – Joshua solo lo miró – si yo te lo pidiera ahora ¿me lo permitirías?