— ¡Este clima me volverá loca! —Exclamé frustrada, a la par de que me encargaba desinteresadamente de dejar mis pocas pertenencias en algún buen rincón de la habitación que recientemente habíamos alquilado para refugiarnos esa noche oscura y helada.
Mientras trataba de recuperar el calor corporal con mis manos, mi mirada pasó a buscarte de inmediato y en menos de un parpadeo, te encontró. Te encontrabas tranquilo, con ese rostro serio que te caracterizaba mientras despejabas algunas prendas de tu cuerpo, dejándote así más...¿a la vista?
— No seas exagerada, no hace tanto frío —Comentaste, una vez que tus sobresalientes vestimentas habían sido acomodadas en su lugar temporal. Bufé.
— Sólo recuerda qué pasó con mi capa protectora en el transcurso hasta aquí. Mañana tendré que conseguir material para arreglarla, no pienso andar de esta manera de aquí para allá y menos con estos climas.
Soltando una risa burlona, sentí cómo te acercabas hacia mí por la espalda, seguido de ello, solamente me dejé llevar por el sorprendente calor que comenzaba a rodear mi cuello y de a poco, también mi cuerpo entero. Tu brazo se encargaba de acurrucar mi cabeza entre tu pecho de una manera lenta, pero suave a su vez. Por mi parte, sólo podía escuchar tu tranquila respiración y el calor que te encargabas de brindarme.
Aquello era tan cálido que me cautivaba. El aroma a shinobi puro restregaba en mis fosas nasales y el frío que sentía anteriormente, desaparecía pese transcurrían los segundos.
Aunque, toda esa tranquilidad y calidez desapareció cuando te decidiste a murmurar un:
— ¿Sabes? Yo podría ser tu capa protectora esta noche.