Dusk till dawn | Zayn ft Sia.
Guillermo me miraba, lo presentía por la punzada que taladraba el punto ciego de mi espalda. No contaba con que él estuviera en este mismo sitio. Había perdido total contacto por lo que podrían ser hasta años que nos hemos distanciado. Tiempo que sin duda ha fractura lo que quedaba de nuestra amistad.
No recibí más de su atención a pesar de la sorpresa que supondría provoque al coincidir el mismo día. Existió alguna vez atracción, no cabe duda, que pude imaginar convivir junto a una persona como él, pero finalmente perdimos contacto y cualquier sentimiento que pudo haber nacido se evaporó. Pero en este punto cuando la realidad me golpea nuevamente con su presencia e intento alguna escusa para acercarme, mi propio orgullo me hace retroceder y observo como se vuelve a alejar.
No coincido con él más que para una sonrisa lejana y a medias. No cruzamos palabras, aunque tenga un sermón que recitarle. Sin embargo, parece que no soy el único resentido que necesita sacarse ese nudo que obstruye la garganta. Porque por fin nuestros pasos nos guían sobre el camino hacia exterior del complejo.
En esta ocasión su mirada sostiene la mía en silencio. Discreto y obstinado, el mismo Guillermo que recordaba. Condición que lo ha caracterizado desde la primera vez que lo conocí, pero que ahora en cambio me intimida; su presencia a pesar de lo que aparenta, parece estar teniendo un conflicto interno. Y podría ser yo la razón. Presunción que se solidifica cuando sus manos presionan mis muñecas y nos aleja de la vista del resto de personas.
Escucho atento todo los ataques que he imaginado desde la noche que sin aviso me marche. Y así es como se deshace de todo lo que ha contenido, plantándome un beso ferviente en el que he probado por primera vez los labios que tantas ocasiones desee degustar. Introduce y succiona a su placer, cuando estoy hecho polvo por la desenvoltura que me impide pensar con raciocinio, él mismo me somete a su total voluntad abandona a la discreción de la noche.
Teníamos el mundo a nuestros pies ¿Qué nos sucedió?
Me concedió esta única noche, para perdernos de nuestra realidad. En una habitación lejos de lo que una vez fuimos. Sabías que era incondicional, pero tú decisión acabó con lo poco que quedaba de nosotros. Nos arrogaste al desastre. Pero aunque todo este perdido, aquí estamos amándonos en pedazos, cortándos y sangrando. Porque nuestro final nunca será feliz.
Saliste de la cama al amanecer, no volviste la mirada. Estabas despidiéndote a tú manera. La misma que yo emplee cuando sin razón me aleje. Quizás nosotros nunca nos pertenecimos pero me dejaste amarte aun cuando no nos quedaba nada más, ni emociones o sensaciones que expliquen lo que esta noche revivimos, de lo que creía perdido. Pero te vas y ya no tengo fuerzas para evitarlo nuevamente.
Será nuestro para siempre, porque el mundo se entero de que te quiero y revelarlo no era opción. Pero aunque yo decidí protegerte, tú te ocultas tras fachadas de mentiras, y egoísta de mí en quererte, cuando ni tú lo hacías.
