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-Mcall.

Escucho que una voz dominante, y muy conocida para su mala suerte, lo llamaba a sus espaldas. Gruño, haciendo que su labio superior se elevará y un colmillo rozará el inferior.

-Reaken.- escupió dandose la vuelta, mirándolo de arriba a bajo.

Se quedaron mirando el uno al otro con fuego destilando de sus ojos y el ojiazul inflo el pecho con los brazos cruzados, mostrando sus músculos y retando al Alfa, como lo haría un lobo.

-¿Que es lo que quieres, Theo?- pregunto Scott frunciendo el seño, apretando los puños.

-¿De ti? Nada. ¿Que voy a querer de un Alfa incompetente y patético como tu?- dijo con burla, casi riendo.- Solo vengo a advertirte una cosa.

Se acercó peligrosamente al pelinegro haciendo que ambos quedarán cara a cara. Scott no lucía intimidado, pero estaba al margen, no quería mostrar más poder del debido.

-Te juro que si vuelves a acercarte a Stiles, si tan solo vuelves a levantarle la voz o mirarlo de mala manera, voy a romperte cada uno de los huesos que tengas que en el cuerpo.- siseo, mirándolo a los ojos, dejándole en claro que no mentia- voy a dejarte en miles de pedazos, y al momento de sanar, no sabrás por dónde empezar. Juro que te haré la vida imposible, Scott. No dejaré que nadie le haga más daño, menos una mierda como tú. No otra vez. ¿Te quedó claro?

El Alfa se le quedó mirando sin despegarle los ojos.

-¿Te crees muy machito, Theo? ¿Crees que puedes venir y amenazarme así como así? Que venga Stiles a decirme todo esto a la cara. Quiero escucharlo. Quiero escuchar lo que tiene que decir ese cobarde de su boca, no de su defensor personal.

Nisiquiera vio cuando el contrario lo tomo por la solapa de la chaqueta y lo hacía chocar con fuerza contra un árbol.

-Escuchame bien perro sarnoso hijo de puta- siseo contra su cara, haciendo destellar sus ojos- voy a decirtelo lento para que tu cerebrito de mosca muerta pueda procesarlo.- se acercó aún más, clavándole las garras en el pecho- primero, nunca en tu vida vuelvas a hablar de Stiles de aquella forma. El único cobarde eres tú, que cuando tus Betas más te necesitaban, te escondiste en tus putas vacaciones dejando a tu pueblo desprotegido. Segundo, Stiles no tiene porqué venir a decirte nada, tiene demaciado con tener que ver tú rostro todos los días. Le hiciste daño, lo abandonaste, le dejaste solo desgraciado. El único que tiene que dar explicaciones y dar la cara eres tú. Por último, quieras o no, voy a proteger a Stiles siempre. Este lejos o esté cerca, siempre voy a protegerlo. Voy a estar con el, y voy a cuidarlo, no como tú. ¿De acuerdo? Así que, por si planeas hablar con el, primero que nada deberás aprender a controlar esa boca floja que tienes. Porque juro que si dices una palabra de más, una sola palabra que le hiera, voy a destrozarte.










(...)






-¡Theo!- le llamo Hayley trotando hacia el en los pasillos, y parte de la manada que estaba allí guardo silencio.

El castaño estaba algo despeinado y con un aura triste y dolido. Su amiga se dio cuenta rápidamente de aquello y le tomo la mano mirándolo preocupado.

-No vino a clases.- dijo la rubia con seguridad, y el asintió.

-Ayer le subieron la dosis.- murmuró con pesar, mientras jugueteaba con sus dedos- el estaba bien, Hayley. Sus notas estaban subiendo y casi no tenía que tomar la dosis. No había tenido una recaída en meses. Estaba mejorando. Y luego tuvieron que llegar ellos...- gruño con la mandíbula tensa y entonces chocaron miradas.

Theo estaba furioso. Cansado y triste. Pero furioso.

-Calmate, Theo. Tus ojos están brillando.- le regaño la joven tomándole la mejilla y girandolo hacia ella.- era algo que iba a pasar tarde o temprano. Y Stiles va a superarlo. Va a superarlo como siempre lo ha hecho, con nosotros a su lado, ¿de acuerdo?. El es muy fuerte- sonrió, y el castaño elevó la comisura de los labios.- podrá con esto, yo lo sé.

El asintió, llenando sus pulmones de aire.

-Pasare la tarde con el, iré apenas toque el timbre. ¿Quieres venir?

-No, no creo que me corresponda- sonrió maternalmente- tu siempre lo haces sentir mejor, es un momento íntimo entre ustedes. Dile que pasaré mañana a dejarle mis brownies.

-Yo también quiero brownies.- lloriqueo.

-Para ti también, cachorro, para tambien.

Ante todo aquello, Scott frunció el seño. ¿Que le sucedía a Stiles?











(...)











Entro lo por la ventana de la habitación en un paso ágil y seguro. Bastante sexy, a decir verdad.

El cuarto estaba oscuro pero apesar de eso podía ver la silueta de su novio recostado en la cama. Le estaba dando la espalda, mientras estaba tapado descuidadamente hasta mitad del muslo.

Podía escuchar su corazón. El latir tan suave y pausado, como una sinfonía perfecta para sus oídos.

Se quitó los zapatos sin decir nada y la camiseta, tirándola por un lugar de la habitación. Gateo suavemente en la cama hasta llegar a su lado y abrazarlo por la espalda. Le beso el hombro con cariño mientras le rodeaba la cintura con su brazo.

Stiles se dio la vuelta mirándolo con los ojos brillantes pero decaídos y lo abrazo, apoyando la cabeza en su pecho y una mano en su estómago, besando sus músculos.

No sé dijeron nada. Ellos nunca necesitaban hacerlo. Con tenerse el uno al otro lo sabían todo.

Hay cosas que no decimos |Stheo| FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora