Sinceridad

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—¡Zorra! —Escuché a una Lily ebria gritarme con toda la rabia que también yo retenía por dentro.

—¡No le digas así! —exclamó Antonio poniéndose de pie y separándose de mí.

—Te lo tenías muy guardado ¿No? ¡Ahora entiendo por qué Antonio no quiso seguir conmigo!

—¡Esto no tiene nada que ver con eso! —Sabía que era mentira, pero igual no se lo iba a aceptar porque yo tampoco podía tolerarlo—, entre Antonio y yo no hay nada.

—¿Sabes que es lo que más me indigna? Que te atreves a juzgar las decisiones de los demás cuando tú estás engañando a un hombre noble y bueno como Matías.

—¡Yo no lo estoy engañando!

—¿Y entonces lo que acabo de ver que fue?

—Un error...

—¡Gracias! —interrumpió mi cuñado.

—Antonio —Me giré para hablarle directo a él—, tú sabes lo que siento por ti y por tu hermano. Lo que acaba de pasar no fue más que la consecuencia de una mala decisión que tomé. Sabes que te aprecio como amigo, pero nunca podríamos tener nada serio. Yo amo a tu hermano.

Me partía el corazón ver su cara y notar lo triste que estaba, pero tenía que ser directa con él. Me sentía como lo peor por haberle dado ese beso y, seguramente, falsas esperanzas. ¡Me sentía tan estúpida y cruel!

—Cómo se nota lo mucho que amas a Matías. ¡Eso no se le hace a una persona que amas! —Lily estaba perdiendo el control. Pero no era la única.

—¡No me digas! O sea que sí sabes lo que se hace cuando se ama a alguien, wow, ¡eso no me lo esperaba! —Era hora de hablar claro.

—¿A qué te refieres?

—A que tú no eres nadie para decirme lo que debo hacer o no con las personas que me importan. No cuando tú eres a la que le encanta dañar a los que amas.

La expresión en el rostro de Lily cambió de una fúrica a una asombrada y confundida. Sos ojos inyectados de sangre me miraban fijamente y sus facciones se suavizaron, al igual que el tono de su voz.

—¿Qué quieres decir?

—Que sé perfectamente por qué me dejó. 

—Carlos te dejó porque es un idiota —respondió.

—¿En serio? ¿No será porque te le insinuaste y convenciste de tener un romance a mis espaldas? —Me habría encantado tener una cámara para inmortalizar la cara que puso— Así es, ya lo sé. También sé que hablabas mal de mí con Antonio, y te juro que por más que trato de recordarlo, no puedo encontrar el momento en el que te volviste una hipócrita. ¡¿Por qué lo hiciste?!

—¿Les vas a creer más a un par de hombres infieles que a tu mejor amiga?

Su punto me hizo dudarlo un momento. Sin embargo tenía que recordar lo que vi entre ella y Carlos, el comentario que me hizo Antonio cuando recién nos conocimos, el que no le importara que yo acabara de terminar mi compromiso con un hombre para estar con él. Ella era quien mentía y engañaba; ellos, a pesar de todo, nunca me ocultaron sus intensiones.

—Te conozco Lily. Más de lo que te conoces tú misma. Sé que cuando te propones algo, lo logras sin importar lo que tengas que hacer. Sé también que sabes muy bien cómo seducir a los hombres y conseguir lo que quieres de ellos. No puedo creerte porque incluso si tuvieras razón, meterte con mi ex inmediatamente después de terminar con él es algo que no se hace si tienes un mínimo de conciencia.

—Ah, pues qué bien —Su tono sarcástico no me gustaba para nada—. Cuando vine a esta fiesta no pensé que MI conciencia recibiría una lección. Pero gracias por hacerme mejor persona ¡Sor Sofía de Calcuta!

No Quise Vengarme De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora