Día dos.

5.2K 679 55
                                    

Yumei despertó temprano, estaba segura de que encontraría a Lee y a Gai-sensei en el campo de entrenamiento.

Se dió una ducha caliente y bajó las escaleras corriendo, Naruto llegaba hoy por la tarde de su misión, probablemente iría a comer con él, siempre era divertido y costoso, invitar a comer al rubio.

Corrió por la aldea hasta llegar al campo de entrenamiento número cinco, justo como lo imaginaba, ahí estaba Gai-sensei y Lee, siempre tan ¿enérgicos?

Sonrió al acercarse a ambos ninjas.

-¿Tienes espacio para alguien más?-

-¡Por supuesto que sí!- Lee chocó puños con la peli azul-

-¡Que la llama de la juventud arda en ti pequeña mora!- Gai-sensei hizo una pose extraña-

Yumei rió ante el apodo que casi había olvidado, pequeña mora, era algo infantil, pero debía reconocer que su cabello si la hacia parecer una mora.

-¡Te reto a hacer cien flexiones!- Lee apuntó con un dedo la Yumei-

-¡Que sean doscientas!- Yumei imitó la acción de Lee-

-¡Me encantan esas palabras! ¡Harán trescientas flexiones!- Gai-sensei estaba emocionado-

-¡Inmejorable señor!- Lee y Yumei dijeron al unísono-

Ambos jóvenes comenzaron a hacer las flexiones, ambos esforzándose por hacerlas más rápido que el otro, aunque Yumei ganó.

Después de esa sesión de entrenamiento con Lee y Gai-sensei, Yumei estaba agotada, al parecer había perdido un poco de condición física en este tiempo que estuvo lejos de Konoha.

Se estiró un poco mientras caminaba directo a la entrada de Konoha para recibir a Naruto.

Pasaron quizá veinte minutos y al fin pudo ver a lo lejos la silueta del rubio.

-¡Yumei onee-san!-

-¡Te estuve esperando!-

Naruto se acercó corriendo.

-¿Esperaste mucho?- sonaba agitado-

-Lo suficiente para aburrirme-

-Te aburres fácilmente- se encogió de hombros-

Yumei golpeó la cabeza de Naruto y lo arrastró hasta Ichiraku.

Una vez en el local comieron hasta reventar, no literalmente, pero era una expresión que Yumei amaba decir.

Bijuu [Naruto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora