Te quiero, Iceman.

37-Mausoleo

- Te dije que no tenias que ir conmigo 

-Y yo te dije a ti que no vas a ir sola. Que inconveniente ¿No?- solto con su voz neutra, tranco la puerta de golpe y ella cerro los ojos

-Inconveniente- mascullo ella levantándose de la cama y poniéndose una bata para ir a hacer el desayuno 

Cuando el salio del cuarto ya listo para el dia ella estaba tomando café en la cocina y revisando la computadora, sin levantar la mira dejo la taza y pregunto:

-¿ya se te paso el berrinche?

-Depende ¿ya decidiste dejar de mentirme?- espeto en voz tranquila. Ella le miro y el le sostuvo la mirada, ninguno dijo nada pero el se sento frente a ella sin apartar los ojos de los suyos- Entonces no. No se me ha pasado nada.

Ella bufo y levanto una mano en gesto de exasperación 

-¿Te sirvo el café?

-si, gracias- respndio el y la vio levatarse para hacerlo que le ofrecio, dejo la taza frente a el y le miro 

-Me duchare y estamos listos para ir 

-Aun puedes retractarte 

-Podria pero no quiero atenerme a las consecuencias 

-No lo entiendo 

-Tampoco hace falta

Ella se movio dispuesta a retirarse pero el la sostuvo en su lugar tomándola con mabas manos de las caderas

-¿Que consecuenacias?

-Unas que no estoy dispuesta encajar ¿Vale?

-¿Es sobre la clínica de tu madre?

-¿Como?

-¿Tu padre dijo que no lo pagaría? Porque si es por eso, puedo pagarlo yo

Ella ladeo la cabeza 

-Eso seria muy gentl,gracias, pero no es necesario. No se trata de eso 

-¿entonces de que se trata?

-Dios, Kimi, déjalo estar. Dejalo en mis manos que quisas luego de estos días puede que se acabe todo 

Kimi la miro intensamente 

-No se porque siento que vas a pelear sola contra un batallón- murmuro, espero unos momentos y la solto- Cuando estes listas salimos

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Kimi estaba sentado en la barra del living de su apartamento. Un trago no estaba mal para empezar, se paso la mano por el cuello de la camisa alejándose el cuello. Miro su relog y se dijo cuenta de que estaban verdaderamente a tiempo. Muy a tiempo y mika ya había dicho que estaba casi lista. Habia notado un ligero cambio de actitud en ella y de postura también, había algo lúgubre en ella. En ese momento escucho pisadas y se volvió para verla llegar con el vestido de coctel para la cena de compromiso 

-La cena será, al igual ue la boda en el mausoleo- dijo mientras se acomodaba una pulse y llegaba hasta el 

-Estas preciosa, mi niña

el gesto de ella se ilumino

-Vaya gracias- murmuro y le sonrio 

-¿Mausoleo?

-la casa familiar. Vamos, estamos justos del tiempo 

El asintió y la siguió. En el auto, ella estaba tensa