Abriste los ojos lentamente, molesta por el calor de la mañana. Suspiraste deseando que el verano acabase de una vez y te giraste en el colchón, encontrando otro cuerpo junto al tuyo, tumbado en su lado de la cama como cada mañana durante los tres últimos meses.
Era Septiembre.
El verano había transcurrido tan rápido que parecían dos semanas en lugar de tres meses, pero sin embargo había marcado grandes cambios en tu vida.
Naomi ahora vivía contigo, erais pareja. Hae Soo había viajado con su familia a Europa para veranear y tú lo agradeciste, ya que no tenías mucho deseo de verla. Taehyung seguía siendo tu mejor amigo y Jimin desapareció de tu vida.
Intentabas buscarlo de todas formas, desde mensajes a llamadas e incluso más de una vez te presentaste en Busan sólo para darte cuenta de que no conocías su dirección y de que él no contestaría aunque le dijeras que estabas allí.
Park Jimin te había eliminado de su vida como las olas borran las huellas de la arena.
Intentaste convencerte a ti misma de que respetabas su decisión, de que quizá era lo mejor dada la turbia relación de ambos.
Así que poco a poco, te dejaste querer. Naomi era buena contigo, era como una mejor amiga, en el buen sentido, lejos de la amistad de Hae Soo. Ella cuidaba de ti, se preocupaba y tú confiabas en ella e intentabas apoyarla de la misma forma.
A veces llegabas a pensar que quizá ella te deseaba un poco más de lo que tú a ella. Pero no achacabas ese problema a la relación, sino al hecho de que tú jamás fuiste del tipo pasional.
Había momentos en los que simplemente complacías a Naomi por empatía. O te dejabas tocar por apuro a rechazarla.
La vida no era perfecta, pero era tranquila.
Aunque, como siempre, la tranquilidad tenía una fecha de caducidad.
Tu teléfono sonó en la mesita de noche y descolgaste, saliendo de la habitación para no despertar a Naomi por tu charla.
"Buenos días, señorita. Soy el doctor Wang. En referencia a los últimos análisis realizados, me gustaría concertar una cita lo más urgente posible para comentar algunas cosas. Por favor, es importante."
Estabas sentada en la cocina, la mirada perdida en el bol de cereales ya blandos por la cantidad de tiempo que habían estado sumergidos en la leche.
Sabías lo que iba a decirte.
Y de repente, supiste lo único que querías antes de que el fin comenzara.
La línea comunicó un par de veces y el mensaje del buzón de voz saltó, indicándote que ya estaba grabando. Sostuviste el teléfono contra tu mejilla, intentando que no se notasen las lágrimas en tu voz.
—Hey, Jimin. Soy yo, otra vez. —Hiciste una pausa, torciendo una sonrisa sarcástica para ti misma— Sé que no es justo que te moleste de nuevo cuando has dejado claro que no quieres saber nada de mi, pero...necesito pedirte algo —apretaste los labios, prohibiéndote a ti misma sollozar en esos momentos— Necesito que sostengas mi mano una vez más, por favor. La cita es esta tarde, a las seis, en el hospital regional oeste. Si no puedes llegar, está bien. Adiós.
Subiste la cremallera de tu suéter observando el lluvioso panorama exterior. Estabas en la sala de espera, las palabras de Naomi aún en tu cabeza. Su rostro de decepción cuando te negaste a que te acompañara aquella tarde.
"Honestamente ¿Alguna vez me viste como tu pareja? ¿O siempre fui aquella amiga tuya a la que dejabas acercarse de vez en cuando?" Había dicho con lágrimas en los ojos mientras empacaba sus cosas en la mochila de color negro.
