XVII

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No puedo quejarme. El chico besa muy bien. Esa clase de besos que te dejan sin aire pero a la vez no quieres parar.

Y yo parezco una niña del jardín de niños.

Lentamente, y sin perder el contacto, pone sus manos en mis caderas y me acomoda de tal manera que el queda entre mis piernas y deja caer todo su peso para que no me escape. Y no pienso hacerlo.

Se separa un poco y se apoya sobre sus codos y me mantiene la cebeza quieta mientras su lengia se dedica a invadir. A explorar.

De forma casi automática llevo mis manos a su espalda para acercarlo más a mi y escucho como gruñe desde el fondo de la garganta.

Eso me hes suficiente.

Aparta sus labios de los míos y desciende por mi cuello mientras sus habiles manos toman el borde de mi camiseta.

Me incorporo para que pueda quitarmela del todo y cuando por fin me tiene solo con el sostén, sonríe con satisfacción.

¡Gracias Lauren!

Toma uno de los breteles y lo baja, rosandome con los nudillos... cuando la puerta del apartamento se abre.

¡¿PERO QUE MIERDA?!

- ¿Puedes creer que casi me olvido de...? ¡Ay! ¡Perdón! - chilla Lauren en cuanto me ve con la mitad del sostén puesto. Se cubre los ojos con una mano pero ya no tiene sentido.

Me incorporo y me siento con las piernas enroscadas y Lucas me pasa mi camiseta. Cuando termino colocarmela me quedo shockeada.

Pedro Ebersbach está de pie detrás de mi mejor amiga.

¿Por qué no mejor me tiro por la ventana?

- Hola de nuevo. - le dice Lucas a Lauren. Esta se destapa los ojos y le sonríe.

- Buenas noches. - dice Pedro con el rostro inexpresivo y asintiendo.

- Hola. - murmuro, pero no lo miro.

Lucas, por su parte, lo saluda como si aquí no hubiera pasado nada.

¿De qué lado estás, amigo?

- Lamento haber interrumpido lo que pudo ser el GRAN momento de mi pequeña Seraphina pero olvide algo en mi habitación. - nos dice Lauren. Al menos tiene la decencia de parecer culpable.

- No hay problema. - reponde Lucas con una sonrísa.

¡Si que lo hay!

¿Quieren, por el amor de Dios, cerra la puta boca?

Como quieras pero este chico es un imbecil si cree que "no hay problema".

Genial. Las voces en mi cabeza volvieron y justo cuando tengo al idiota de mi ex en frente mío.

Me estoy dando cuenta que jamás dije tantas malas palabras. Aún cuando son mentalmente.

Lauren se apresura a ir a su habitación dejandonos a los tres solos.

Esto no se pudo poner mas incómodo.

- Lo siento si interrum...-

- No. - lo interrumpo levantando mi mano derecha. No quiero escucharlo decir nada. Por el bien de mi salud mental.

Él asiente y mira hacia todos lados menos en nuestra dirección.

- ¡Ya está! - exclama Lauren entrando de nuevo en la sala.

Pedro asiente y después de desearnos unas "Buenas noches" muy seco, le cede el paso a mi amiga y cierra la puerta tras de si.

- Interesante. - comenta Lucas.

Intento contestarle cuando se me forma un nudo en la garganta.

No, por favor, ahora no.

- Yo... quiero... es decir...- y estallán las lágrimas.

Lucas parece sorprenderse por mi cambio de humor y se acerca abriendo sus brazos pero lo alejo de un manotazo y me pongo de pie rápidamente y me encierro en el baño.

- Vete. - digo lo suficientemente alto para que me escuche.

- Por supuesto que no me voy a ir. - contesta - No sabiendo que estás así. ¿Qué sucede? -

- No quiero hablar de eso, ¡Vete! -

- ¡No, no la haré! -

Con una ira indescriptible pero ya muy conocida, salgo del baño y lo lo voy empujando hacia la salida.

- ¡Oye! ¿Qué mierda te sucede? - pregunta mientras lo empujo con todas mis fuerzas.

- ¡QUIERO QUE TE VAYAS! - no quiero lastimarte.

- ¡NO! -

Llegamos hasta la puerta y el muy listillo pone las manos en el marco de la misma.

- ¡LARGO DE AQUÍ! - grito con todas mis fuerzas al punto que me pica la garganta.

Lucas parece no enteder nada.

Yo sigo empujandolo y el sigue resistienso mientras me dice que no lo hará.

Y no sé si es por la adrenalina, el llanto, la furia de que no entienda o el calor, que levanto mi mano derecho y le doy un puñetazo en la cara.

- ¡LARGO! - vuelvo a gritarle.

Lucas se lleva ambas manos a la mejilla en donde le deje marca y me mira como si fuera un monstruo.

¿Y no es eso lo que eres? Mirate, es lo que eres.

Oh no, es Ella.

La busco con la mirada por todos lados escuchando su risa. Se burla, se burla de mi.

Logro sacarla y cuando vulevo mi atención a la puerta Lucas ya no está.

Y es ahí cuando me doy cuenta de lo que hice.

Cierro la puerta y apoyo la espalda en ella.

¿Qué he hecho?

Me deslizo hasta sentarme en el suelo y acerco mis rodillas al pecho para abrazarlas.

Y estallo en un mar de lágrimas.

¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?! NO HICE NADA. ¡DIOS, NO HICE NADA!

Me doy cuenta que me estoy jalando el cabello cuando siento que me duele cuero cabelludo por lo fuerte que ño hago.

Y la recuerdo.

- Se va el sol... y todo se embellece...- comienzo a cantar en el medio del llanto.

- Ven a mi porque te quiero abrazar.

>> Tu tendrás ya todo lo que desees
Si en mi brazos hoy, tu estás.-

Apoyo la frente y continúo cantando hasta que me quedo profundamente dormida.

***

- Seraphina...- escucho que me llaman a los lejos.

- Mmm... no...- murmuro.

- Shh... shh... tranquila, duerme.- responde.

- Dejala aquí, que no tenga frio. Mañana voy a llamar a Daphne. - creo escuchar que dice Lauren.

Escucho un bufido similar a una risa y siento frio. Aún que un segundo después un manto de calor lo reemplaza. Y escucho pasos.

- No...- murmuro.

- Shh... shh... dulces sueños. - susurra y siento un beso en la frente que me devuelve a los calidos y suaves brazos de Morfeo.

Ocultas por el sol Where stories live. Discover now