XIX

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— Un café latte con un tostado de jamón, queso y tomate. — le digo al camarero después de que Pedro pidió lo suyo.

El chico asiente y se va con los menúes bajo el brazo.

Me incorporo y suelto el aire.

Inexplicablemente me siento comoda con el. Pensé que sería doloroso pero no.

Doloroso va a ser el sermón que te va a dar Daphne si se entera.

Eso es cierto, pero no se tiene porque enterar.

Pedro juguetea con una servilleta y de vez en cuando me mira.

¿Así es su idea de tomar un café?

¿Por qué? — suelto antes de darme cuenta de que lo dije en voz alta.

Cuidado, te estas metiendo en terreno peligroso.

¿Por qué, qué? — pregunta confundido.

¡Ay, vamos! No juegues al tonto conmigo.

Por qué todo.

>> ¿Por qué dijiste lo que dijiste?

>> ¿Por qué me dejaste de hablar después de eso?

>> ¿Por qué me dejaste así sin más? — todas las preguntas me salen del alma pero con mucha calma.

El se pasa una mano por el pelo con irritación.

Somos interrumpidos por el mismo camarero de antes con nuetros pedidos. Uma vez que los deja sobre la mesa de forma ordenada, le agradecemos y se va.

— ¿Te parece hablar de eso aquí? — murmura. Sé a lo que se refiere, y esa preocupación por mi me abruma. El bastardo me conoce demasiado.

— Si. — contesto. El suspira y sabe que no tiene salida.

— ¿Por que dije lo que dije?... supongo a que te refieres a ese día mientras desayunabamos en tu cama. — comienza.

Yo asiento.

— La noche anterior había salido con Ethan. Hablamos de muchas cosas pero más sobre su relación con Lauren. Supongo que estarás al tanto.— asiento y el continúa — Al final mencionó el cómo te iba a decir yo que tenía que volver a la Universidad.

>> Esa preocupación la tenía desde que me había enamorado de ti. Pensaba en ello constantemente. Y el tiempo era escaso.

>> Y para empeorar las cosas, Daphne me había enviado un mensaje diciendo que habías tenido un ataque.

>> Llamé al día siguiente, porque en la noche me había emborrachado, y Daphne me atendió de mala manera. Fuí a tu casa y cuando me la encontré dijo algo que me sacó de quísio.—

Yo escuchaba con mucha atención. Si, recordaba que había tenido un ataque el día anterior a ese, pero no sabía que Daphne lo contactaba.

Me llevo la taza a la boca y mientras bebo, le hago un gesto para que prosiga.

— Le pregunté si tu estabas bien y ella me dijo que tu estarías mejor si no me hubieras conocido.—

¡¿PERO QUE DEMONIOS!?

Todas las voces de mi cabeza observan a Pedro con la boca abierta, incredulos.

Y para mejorar la escena tengo toda el mentón mojado de café debido a que casi escupo todo por la sorpresa.

¿Cómo Daphne hizo eso? Es imposible.

Bueno, en realidad no pero ella sabía de mi amor hacia Pedro.

Ocultas por el sol Where stories live. Discover now