Capítulo 13: Clase de historia

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Después del patio, regresamos a clase, como de costumbre a las once y media; teníamos clase de historia.

Nos sentamos todos en nuestros pupitres en cuanto vimos entrar a Montse por la puerta.

- Buenos días, jóvenes. -no pronunciaba esas palabras demasiado agraciada.

-Buenos días, Montse. - dijo Marta,  la "pelota y superdotada" de la clase.

-Abrid los libros por la página ochenta y uno y empezar a leer, cuando acabéis os poneis ha hacer los ejercicios y a los cinco primeros que acaben les pongo un positivo.

¿Alguna pregunta?

-No, señorita. -dijimos todos a la vez.

-Bien, ya pueden empezar.

A los pocos minutos de empezar a leer vi como alguien me tocaba la espalda y me metía algo por dentro de la camiseta.

Disimuladamente, metí la mano en el interior de mi camiseta y sí, efectivamente, alguien me había dejado una nota allí. Un lugar original para dipositar una cosa así.

La leí cuando nadie me miraba:

Me lo pase muy bien contigo ayer, ¿esta tarde podemos repetir? Estoy ansioso por volver a bañarme en el mar, esta vez voto por que llevemos bañador.

Dime algo al salir de este aburrimiento de clase.

Faltaba demasiado rato para que la clase finalizara, de modo que arranqué una hoja de mi libreta de historia (con la que supuestamente tendría que estar trabajando) y le respondí con bolígrafo rosa fosforito.

-Desde luego que puedo, y quiero...

Yo también me lo pase muy bien.

Tengo una idea, ¿porque no te vienes a cenar a casa? Ayer les hablé a mis padres de ti y seguro que les caerás muy bien; les hará mucha ilusión conocer al nuevo mejor amigo de su hija.

Cuando leyó la carta, se le notaba contento y a la vez nervioso.

Se dio cuenta de que le estaba mirando fijamente, y cambió su mirada de dirección.

Hasta que al final, decidió responderme de nuevo:

¿Tu nuevo mejor amigo? Vaya, eso si que no me lo esperaba.

Tu también eres mi nueva mejor amiga, Miranda.

Parece que no le caigo muy bien a Jorge, ¿debería esta preocupado?

Esa última pregunta me sorprendió bastante.

No sé, es muy pesado, yo casi preferiría que me odiara, porque me pide ser su novia todas las semanas y ya me tiene cansada.

Debe estar molesto porque nos ve juntos, pero pasa de él como hago yo. No te pierdes nada no siendo su amigo.

Su respuesta:

De esa manera casi que prefiero no hablar con él.

Bueno, creo que tenemos que dejar lo de las notas y ponernos a trabajar. No creo que a Montse le siente muy bien que a penas hayamos leído una frase de la lección.

Mario tenía razón.

De acuerdo, en cuanto salgamos de este infierno concretamos lo de la cena.

Le pase la nota y la leyó, esta vez, se la guardó en el bolsillo trasero del pantalón. ¡Tenía unas ganas locas se pasar la tarde con él y de que viniera a cenar.

Lo verdadero siempre perduraWhere stories live. Discover now