Capítulo 14: Su ruptura

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Eran ya las ocho y tres, estaba nerviosa, muy nerviosa.

Mario llegaría en apenas cincuenta y siete minutos.

Estaba en mi habitación escuchando "emocional" el nuevo single que Dani Martín había hecho junto a la preciosa actriz, Blanca Suárez.

Ojalá fuera yo igual de guapa que ella cuando fuese más mayor.

Vi como giraba el pomo de la puerta mientras en mis auriculares sonaba a todo volumen:

Y dejar a las cosas pasar y que digan su nombre y mirar que lo que hay es verdad y que nada se esconde...

Observé como Natalia entraba en mi cuarto y cerraba la puerta.

Volví a la realidad.

-¿Qué tal te ha ido el día, tata?

-Prefiero que me llames Miranda. Me ha ido muy bien, ¿y a ti pequeñaja?

-También, he sacado un nueve en español.

-¡Vaya! Eso si que son buenas notícias, eh.

-¿Que tal con Mario? -preguntó mientras sonreía.

Esa pregunta me incomodó pero también me hizo gracia.

-Pues bien, como siempre. ¿Sabes que viene a cenar hoy?

-¿Y me lo dices ahora? De haberlo sabido no habría puesto a lavar mi jersey de las estrellas, es el que mejor me queda.

Eso me provocó una carcajada y unas cuántas lágrimas.

-Pero si Mario es un chico muy sencillo. Con cualquier cosa que te pongas estarás guapa.

Pero yo, ¿a que esperaba? Tenía que empezar a prepararme, cambiarme de ropa;eso me llevaría un rato... ya que me cuesta mucho decidirme, y tenía que estar radiante, era una cena importante para mi.

También debía alisarme el pelo y pintarme un poco.

Eché a Natalia de la habitación y enseguida me puse manos a la obra. Eso sí, enchufé mi móvil al altavoz y inauguró el momento Melendi con 'lágrimas desordenadas'.

Abrí el armario. Tenía millones de prendas que nunca me ponía, había  cosas hasta con la etiqueta.

Saqué todo aquello de allí dentro y me puse a ordenarlo todo mientras en una parte dejaba lo que posiblemente podría usaría aquella noche, y en otra, lo que no iba a utilizar para la ocasión.

Después de media hora, ya tenía decidido el conjunto, ¡al fin!

Una falda granate de tubo (es una falda muy ajustada al cuerpo, que marca la figura que tienes, lo explico para los que no sepan que es) a ese granate le acompañaría una blusa negra y blanca transparente, me pondría una camiseta debajo para disimularlo un poco. Por último, las "superga" (los zapatos negros de tela con plataforma de 5 centímetros que llevan todas las adolescentes)

Corrí al baño a empezar con el pelo y el maquillaje.

Primero, me alisé mi larga cabellera castaña y a continuación me hice unos tirabuzones espectaculares.

Me pinté los labios con brillo, me elaboré muy lentamente la ralla del ojo, tenía que quedar perfecta, y me puse rimel.

¡Lista! Esperaba que Mario me viera bien, después de la paliza que me había dado.

El pitido del interfono comunicaba la llegada de Mario unos minutos después.

Bajé a abrir yo la puerta, ya que era la que lo había invitado.

Lo verdadero siempre perduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora