Epílogo

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—Tae dijo que vendría hoy —Jimin descansaba plácidamente en su regazo. Jamás se cansaría de ese aroma dulzón que sus poros irradiaban cada vez que el Omega delicadamente rozaba sus labios contra su mejilla.

—¿A qué hora? —No se lograba acostumbrar a que Jimin lo mimara tanto, él era que normalmente robaba besos o regalaba caricias.

—Nueve o diez, algo así me dijo — Jungkook repartió besos contra la curvatura de su cuello. El Omega sólo se acurrucó más en su pecho. —Cariño —Lo llamó. —Había olvidado decirte una cosa. —Las manos del rubio viajaron a su nuca, estimulandola de manera ansiosa. Jungkook sintió una pizca de nerviosismo a través del vínculo.

—¿Sucede algo? —Sus brazos se posicionaron en esa curva cerca de sus caderas tan bien conocida, para seguidamente apretarlo contra su cuerpo.

—Es sólo que...

—Estas esperando cachorros —Fue lo primero que soltó

—¡No! —Ya estaba algo cansado de esa repetitiva frase. Seis meses ya habían pasado y Jungkook seguía insistiendole. —Tae me preguntó ayer sí nosotros hoy éramos capaces de cuidar a Iseul y Dongsun, y yo le dije que no existía problema

—¿Por esa razón vendrá hoy?, ¿A dejar los cachorros?

—Exacto... —El Alfa elevó desinteresado los hombros durante unos segundos. Su nariz, deseosa, olisqueó la piel de más rápido acceso, para después mordiqueandola suavemente. Jimin no pudo evitar soltar casi un ronroneo. —¿No te molesta?

—¿Por qué habría de molestarme?; Mierda —Una sonora queja se escapó de sus finos labios, casi como un gemido —Me encanta cuando ronroneas.

—A mí me encanta cuando delineas las comisuras de mis labios con tu legua. Joder, eso es tan putamente seductor. —Jimin atrapó aquel labio inferior entre sus dientes, y tiro de el para luego succionarlo. Un choque brusco de labios y el Omega aguardó el momento preciso para deslizar su inquieta lengua en la cavidad bucal que ya tan bien sabía tratar.

Le calentaba a mil que el Omega fuese tan dominante. El rubio, gustoso enredó sus traviesas manos entre los cabellos de Jungkook, y cuando ya tenía cada cerda firmemente sujeta en entre sus dedos, dió un fuerte tirón. El Alfa en un sonoro gemido cedió el control, y totalmente expuesto se sometió. La ardiente lengua de Jimin creaba un camino de saliva por toda la línea de su mandíbula.

—Mierda, bebé. —Jimin era alucinante.




×🎈×




Media hora después el timbre del departamento sonó. Jimin se sacudió desesperado las rodillas mientras ejercía un intento de caminar por el pasillo, limpió con el revés de la manga parte del semen que le escurría por las comisuras. Mala idea hacer un oral antes de que llegaran las visitas. A tropezones, llegó a la puerta y la abrió, detrás se encontraba un Taehyung muy sonriente con ambos bebés en brazos y un bolso lo bastante grande como para traer a más de la mitad de la población mundial allí dentro.

—La puta que te parió, me podrías ayudar, no siento los brazos. —Después de que Jimin sonrientemente lo amenazara con lanzar a los bebés por el puto balcón si seguía con esa actitud de mierda. Tomó a al pequeño Omega entre sus brazos antes de hacerlo pasar.

—Hola, corazón —Estiró sus brazos con Dongsun entre sus manos para elevarlo y comenzar a jugar con él —Eres un amor —El Bebé agitaba sus brazos totalmente excitado, con inocencia enseñó sus jóvenes encías a la par de una diminuta sonrisa. El corazón de Jimin dió un vuelco y no pudo evitar encerrarlo entre sus brazos —¿Por qué mejor no te quedas conmigo? Olvídate de esa zorra de mierda que tienes por padre.

¿Una semana? ➳ ; KookMin [Editando]Where stories live. Discover now