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La víctima, eso se creía. Jungkook fue hiriente, sí lo fue, pero llegó un punto en el que él mismo se percató de que ya le sumaba mucho más drama al asunto del necesario.

El azabache casi le lloró. No, le lloró prácticamente lo importante que él era desde siempre, prácticamente, ¿Y qué hizo Jimin?, Pasarse por el culo la sinceridad de Jungkook. Pero el Omega muy dentro de si deseaba, anhelaba que el chico sufriera aunque sea una mínima parte de lo que él le hizo sufrir. Quería seguir siendo desdeñoso con él, ansiaba ver el dolor en los ojos de Jungkook, pero cuando en su vista se presentó aquella desgastada foto, ya desteñida, incolora, no pudo evitar sentirse como la mierda. En la foto se distinguía el cariño. Un Jungkook levantandolo y apretandolo fuertemente de la cintura, ambos se carcajeaban, y Jimin se sujetaba firmemente del cuello del Alfa para no caer.

Jimin lo pensó, cualquier Alfa se lo follaba a la primera oportunidad que se le presentase, pero Jungkook no lo hizo, él intentó respetar su espacio personal, e incluso el Omega fue el que comenzó a reducir el espacio entre ambos. Jungkook le daba los supresores en la mañana y en la tarde, le regalaba muestras de cariño cuando se las exigía, le daba de comer e incluso en una ocasión se dió el tiempo de bañarlo.

Jimin lo que más deseaba era la marca de Jungkook. Pero, después de meditar todo, captó que él no se la merecía. Él sólo era un niño mimado que siempre obtenía lo que quería, pero en este caso, no fue así.

Jimin se tragó dos supresores al mismo tiempo y guardó la foto en la cómoda. Se tumbó en la cama y al cabo de un rato de pensar las cosas, Jungkook tenía la razón, no era necesario seguir profundizando la herida de esa forma. Decidído, se levantó y salió de su habitación, los ahora tranquilos latidos del corazón ajeno que sentía mediante el vínculo lo guiaron a la habitación de Jungkook. El chico se encontraba de espaldas a la puerta abierta, Jimin tocó ligeramente con sus nudillos la puerta, se encontraba cargado en ella y no pensaba moverse de ahí, Jungkook velozmente se acomodó sentado en la cama. El Alfa lo miraba extrañado. Normal, lo mandó literalmente a la mierda y ahora se presentaba frente a él como si nada.

—Yo... —La valentía se alteró de tal forma que ahora sólo eran palabras atascadas en las cuerdas vocales del chico

—No es necesario que me digas algo, sé que hice el ridí-

—No —La decisión se hizo presente en su tono de voz —No lo hiciste. Y mi única intención ahora es concluir esto de buena manera. Tienes razón, si no nos volveremos a ver, mínimo concluir esto en buenos términos —Al escuchar esas palabras el Alfa por un momento se alivió, e ignoro lo rara que se hizo la situacion por lo genuinamente terco que era Jimin.

—Entonces... —Fue el turno del Alfa para hablar —No más palabras hirientes ni actitudes hostiles?

—Lo prometo —En la condición actual, no fue el vínculo el que habló. La amistad que crearon y alimentaron desde hace años fue la autoridad absoluta en aquel momento. Se asintieron y sonrieron como acostumbraban a hacer después de cada disputa.

—Cenamos? —El Alfa animadamente se levantó de su cama, su objetivo era un poco de contacto físico con Jimin, tal vez un abrazo fuese suficiente. Mientras estaba sentado sintió que el vínculo vibró y eso lo incitó a acercarse, eso sí se le hizo algo raro, pero era imposible que el vínculo lo guiara a algo que Jimin no deseaba, así que sólo hizo caso.

El Omega entró en pánico al ver como Jungkook se acercaba, «Mierda» era la única palabra que era capaz de pensar. Con nerviosismo soltó un «Sí, claro» y sus piernas en movimientos raudos lo intentaron ayudar a escapar de esa situación, claro, lo intentaron.

Sus manos posadas en su barriga y sus brazos escabulliendose cerca de sus caderas. Con desesperación apartó las extremidades de Jungkook y él mismo juraría que dió un salto solamente para alejarse de él.

¿Una semana? ➳ ; KookMin [Editando]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon