capitulo 23

8 2 0
                                    


CAPÍTULO 23:

Will

Nos despertamos temprano, queríamos empezar el camino lo más rápido posible, además de que sabíamos de que alguien nos venía persiguiendo, no conocíamos el camino perfectamente y cada tanto nos perdíamos.

Pasamos hambre bastantes veces, pero Hens propuso robar como última opción luego de haber intentado cazar algo entre todos los escombros que cruzabamos.

Y así vivimos por al menos una semana, subsistiendo de lo que encontrábamos y tratando de seguir un camino que Hens había estudiado muy por arriba. Además, aunque los poderes los obtuvimos casi de un día para el otro, ninguno de los dos sabía cómo cazar un conejo y no nos atrevíamos a sacar algo de los arroyos que encontrábamos, parecía como si nada pudiera tener vida en esas "aguas".

-Will- Llamó mi atención Hens. -Es ahí- Y señaló un edificio alto, enorme, y que sorprendentemente no parecía tan destruido como todo a su alrededor.

-Bueno, entremos ¿No?- Sonreí satisfecho.

Corrimos, con energías que no sabía de dónde había sacado. Estaba emocionado, contento, feliz. Por primera vez en unas cuantas semanas pude estar tranquilo de que por fin estaba en un lugar donde pertenecía.

Pero todo se fué al carajo cuando llegamos. Mi boca no era capaz de modular palabra alguna. Mi corazón palpitaba rápidamente por la furia que sentía, y todo mi ser queria destruir todo a su paso, pero me controlé.

No me daban los ojos ni la mente para analizar lo que estaba viendo.

Cuerpos. Y los sentí como hermanos.

Sabía que todos eran saiamonds, sabía que habían sido esos malditos daimondios que nos persiguieron hasta aquí, que notaron hacia dónde nos dirijíamos y tomaron un atajo. Y sabía sobre todas las cosas de que los quería destruir a todos ellos.

-¡WILL!- Hens llamó mi atención.

Lo miré, listo para que hiciera algún movimiento que indicara que él había causado todo esto, sentí una furia salvaje nacer dentro mío, pero seguía esperando una confirmación que dejara salir a la bestia.

-Contrólate.-

-¿Qué me "controle?- Grité exasperado.- ¡QUE ME CONTROLE!- Grité aún más fuerte sintiéndome caer en una eterna pena. -¡MIRA LO QUE HAN HECHO! Ni siquiera llegamos a ellos y esos malditos los mataron. ¡LOS MATARON HENSUMER! ¡Ellos son como yo! SON MIS HERMANOS, Y ESOS MALDITOS INFELICES LOS MATARON.-

No pude controlarlo más. No pude soportar dejar que todo ese fuego quedara en mí, así que lo liberé. Mi boca, mis ojos, mis manos, mi pecho. Todo liberaba calor, calor, calor y fuego. Quemé todo, todo lo que estaba cerca mío, todo lo que podría recordarme lo que esos malditos hicieron, y justo antes de liberar hasta la última llama, recordé.

-¡Hens!- Mi mirada buscó entre los escombros del lugar. Arriba, abajo entre cada ladrillo suelto.

Will... y habló débil y moribundo en mi mente.

-Hens, oh por dios, qué hice. ¿Dónde estás?-

-Will...- Agudice mi oído, y sorprendentemente supe exactamente dónde se encontraba.

-Mierda, mierda, mierda, Hens resiste amigo, no te vayas. Mierda, lo lamento, quédate por favor no me dejes, no ahora Hens, no así.-

Sentí como sangre fluía de su cuerpo a mis manos. En la explosión, un caño le había dado directo en el hombro derecho, y ahora, además, tenía una viga atravesada sobre su pierna.

Will, hay alguien. Dijo más débil que antes.

-Por favor amigo, guarda tus fuerzas, voy a encontrar la manera de sacarnos de aquí.-

Will, grita, hay alguien.

-¿Qué?-

Grita, Will, te oirán, te conocen, te oirán.

Y grité. Grité y grité, rogando por ayuda, ya sea de los malditos daimondios o de los fantasmas de los saiamonds muertos.

Y me escucharon. No los muertos, si no los vivos. No soy capaz de decir de dónde, pero aparecieron, y como ángeles levantaron la viga, a Hens y me guiaron detrás de él, mientras abrían una puerta secreta.

Me hablaban, me decían que todo estaba bien, que ya habíamos llegado, que no había que preocuparse, y que lo logramos. Pero no les respondí, estaba en shock.

Hace menos de 3 días le había prometido que bajo ninguna circunstancia nos íbamos a lastimar, a ponernos en contra, o a lastimarnos. Y hoy, casi lo mato.

Hoy casi mato a Hens, a mi mejor amigo, a mi hermano del alma. Y lo peor es que yo no fuí capaz de pararlo, no fuí capaz de poner control en mi cuerpo.

Me dolía todo. Pero un dolor más allá del físico. Me dolía más de lo que me dolió estar en Galsium, me dolía el alma, y sentía que ya no quedaba nada más de ella.

Una mujer se puso delante mío, me tomó de los hombros y me miró fijamente, esperando que mi completa atención esté en ella. Me pareció conocida, y sentí que merecía mi respeto.

-Será difícil al principio, y tendrás que trabajar para estar en paz. Pero no te preocupes Will, estás en tu hogar- 

DaimondiosWhere stories live. Discover now