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En los pequeños recesos, en las prácticas, en el camino a casa, en algunas citas, ¡siempre estaba jugando en su consola!
Te sentías mal de no ser tan interesante como sus juegos, pero tampoco decías nada, solo bajabas la mirada con una mueca de tristeza.
Más sin embargo, en un sábado normal, recibiste el mensaje de tu novio. En él, te pedía que fueras a su casa y que te mostraría sus videojuegos favoritos, en resúmen; una cita.
Gustosa, aceptaste y pusiste en marcha tu camino.
(...)
ㅡ ¡Oh, ¿cómo se llama ese juego?! ㅡ Preguntaste con un brillo en los ojos.
Aquél juego tenía gráficas impresionantes, personajes muy creativos, la banda sonora era muy agradable y demás.
Decirte el nombre fue lo peor que pudo haber hecho Kenma ㅡo eso pensaba élㅡ.
Te había regalado una consola que ya no utilizaba por un pequeño raspón en la pantalla, pero a ti no te importó con tal de jugar, jugar y jugar ese maravilloso juego.
Pasaste horas, días, noches y semanas en donde solo estabas jugando, sin prestarle atención a lo demás.
ㅡ __________... ㅡ Te llamó tu novio una vez que la práctica había terminado.
Te levantaste del lugar tomando tu mochila y comenzaste a caminar sin mirar hacia donde. El teñido suspiró rendido y caminó detrás de ti en todo el camino a casa.
