365 Días con él

Malentendidos

Pov Hermione

–unos días antes-

Era jueves por la noche, estaba en casa estudiando para los exámenes de fin de curso, cuando mi celular comenzó a sonar.

-Hola, Viktor –saludé feliz.

-Hola, Hermiope –respondió. Después de intentos e intentos, el muchacho al fin podía pronunciar mi nombre casi correctamente.

-¿Qué necesitas?

-¿Estás libre hoy? –preguntó. Podía escuchar la sonrisa formándose en su cara.

-¿Qué tienes planeado, Viktor?

-Oh, nada. Solamente salir con mi mejor amiga antes de que vuelva a Bulgaria.

-¿Mejor amiga? ¿Cuándo llegué tan lejos?

-Cuando me rechazaste como novio y aun así te llevaste mi libro, sin inconveniente ni pena.

-Era un buen libro –dije -Entonces, ¿en dónde te veo?

-En la plaza que queda frente a la librería donde nos conocimos. ¿A las seis está bien?

Miré el reloj. Faltaba media hora, suspiré y cerré mi cuaderno.

-Está bien, voy para allá.

-Gracias, Hermiope.

Me estiré perezosamente y tomé mi abrigo. Llevaba varios días estudiando sin parar, los exámenes se acercaban y tenía que asegurarme de estar preparada.

Tendría que avisarles a mis papás antes, pero estaba casi segura de que me dejarían ir.

-¿Mamá? ¿Papá? –toqué la puerta de su cuarto.

-Adelante, querida –respondió la voz de mi papá.

-Quería pedirles permiso para salir con un amigo –dije.

-¿Ahorita? –preguntó mi mamá -¿Con Harry o Ron?

-Eh, no, con Viktor –expliqué –el chico que les presenté hace unos días, ya saben, el que me prestó un libro, el estudiante de intercambio...

-¡El de la bonita sonrisa! –exclamó mi mamá entendiendo –Tiene unos dientes muy blancos, querida –agregó cuando vio mi cara de desconcierto.

-Sí, él... creo –dije –como sea, mañana vuelve a Bulgaria y me pidió acompañarlo a la plaza.

-Claro, querida –mi papá accedió –solo regresa antes de que sea muy de noche.

-Gracias, los amo –dije saliendo de su cuarto y cerrando la puerta.

Me quedaban quince minutos.