- ¿Entonces realmente te parecen lindos? – pregunto Draco Malfoy con cara de asco observando a los animales.

Te giraste a observarlo, perpleja. Estaba allí, de pie junto a ti con su perfectamente planchado uniforme, anillos pesados en sus manos. Rápidamente observaste a alrededor y nadie parecía estar prestándoles atención.

- Son tiernos. – respondiste con el ceño fruncido.

Te sentías rara, la situación era extraña.

- Sinceramente jamás me intereso esta clase... - comenzó a hablar aun con la vista en los animales. - solo quiero salir a entrenar, pero el cielo esta horrible, - apunto a la gran ventana por la que se veían las grandes gotas golpeando el castillo con ferocidad. – es una lástima.

- ¿Qué estás haciendo? – te apresuraste a preguntar, casi tropezando sobre tus palabras al hablar.

- ¿A qué te refieres? – su vista bajo finalmente hacia a ti.

- Jamás hemos tenido una conversación completa sin insultos.

- ¿Quieres que te insulte? – pregunto confundido.

- ¡No! – el tono de tu voz hizo que varios compañeros giraran a observarlos, pero les restaron importancia. Sus peleas no eran nada nuevo. – Es solo que... es extraño.

- Si, lo es... - susurro haciendo un mohín. – Aléjate de mí, Potter. No quiero que piensen que nos llevamos bien o algo.

¡Él se acercó! Pensaste indignada.

- No nos agradamos. – repusiste.

- Por eso. – se inclino hacia tu rostro con cara de enojado y enfatizo: - Mantente alejada, Potter. ¡Me enfermas!

Te plantaste en tu lugar y cruzaste los brazos en respuesta. Confundida por el cambio de actitud pero no sorprendida.

- ¡No la molestes Malfoy! – tu hermano llego a tus espaldas rápidamente cuando noto que el rubio se había acercado a ti. Por detrás le seguían Ron y Hermione.

- ¿Acaso necesitas que tu hermano te salve? Me sorprende, usualmente es al revés. ¿Cómo se siente, Potter? – miro a tu hermano - ¿Qué sea tu hermana la que siempre te salve de los apuros?

Tu pecho dio un vuelco. No debería significar mucho, pero en esa oración, por mas que fuera con fines de lastimar, Draco te había puesto por sobre de tu hermano. Te había reconocido por la maga que eras, a diferencia de todo el resto que te rodeaba, te hizo sentir bien contigo misma. Porque era cierto, la que siempre terminaba salvando a Harry eras vos. ¿Cómo Malfoy lo había notado estando tan lejos y tus amigos más cercanos eran ignorantes de tal hecho?

- Solo camina, Malfoy. – respondió Harry pasando un brazo sobre tu hombro.

- ¿Y si no quiero?

- No querrás que piense que quieres pasar tiempo con nosotros.

Te preparas para más desprecio, pero luego se levanta una esquina de su boca. Él te guiña un ojo, como en reconocimiento de ser atrapado. Como si estuvieran compartiendo un secreto. Como si él pensara que no eres detestable, como si no encontrara tu apellido repugnante.

Pronto gira sobre sus talones y sale en dirección a su grupo de amigos que estaban distraídos en su propia conversación.

- ¿Qué le pasa? – pregunto Harry frustrado.

Harry estaba de mal humor, ya que también había tenido intenciones de entrenar Quidditch en la mañana, pero el clima no se lo había permitido. El domingo habría un partido, Gryffindor contra Slytherin nuevamente. El primer partido sin ti y debían estar preparados para el mal tiempo.

Brave /Draco Malfoy/ Where stories live. Discover now