──Siento que me va ha explotar la cabeza literalmente ¿Cómo llegue hasta aquí? ¿Y Scorpius?

──Los amigos del señor Malfoy, la han traído, el sanador de la familia vino a examinarla concluyo que han sido muchos emociones en pocos días y quizás mala alimentación, nada que pueda preocuparnos de más ── Sonrió anchamente relatando los hechos, sonó una campanilla, ante ellas apareció un elfo con una bandeja llena de comida liviana ── El niño Scorpius, esta bien hoy se sintió un poco triste, creo que los bebés pueden sentir las cosas malas ──Acomodo un plato con frutas en las manos de Hermione, quien se había inclinado                 ──Necesita comer algo aunque sea muy poco.

──Lo haré con una condición ──La empleada miro con asombro a Hermione ── Tráigame ha Scorpius, después que termine con esto, creo que necesita a su familia.

Se asombro así misma luego de escucharse, la mujer le regalo la mejor de sus sonrisas.

──Como usted diga señora.

Casi una hora después y luego de tomarse una ducha porque realmente la necesitaba, tocaron la puerta de la habitación, Hermione permitió el paso vio asomarse a la empleada con el bebé entre sus brazos, este sonrió con ánimos cuando ella lo cargo entre sus brazos. La nana se retiro del lugar dejándolos solos.

Ella acuno al rubiecito en sus brazos, jugo con él en la cama un rato largo hasta que esté, abría la boquita con cansancio, sus ojos querían cerrarse pero el niño no se lo quería permitir. Hermione arrugo el entrecejo era igual de terco que su padre, lo abrazo a su pecho, acaricio su cabello y canto para él algunas canciones de cuna que recordaba. El pequeño no tardo en cerrar sus ojos, la castaña lo acomodo en la cama para luego seguir acariciándolo.

Scorpius le producía un profundo sentimiento, no era lastima aunque no negaba que le entristecía el hecho de que su madre lo cediera, su padre casi no le prestara atención y ahora la vida le negaba el derecho de un futuro donde pudiera decidir si perdonar o no a su madre. Con el fiero pensamiento de protegerlo hasta donde ella pudiera, se quedo dormida abrazándolo.

Draco respiro con cansancio eran pasadas las diez de la noche cuando el Ministerio decidió liberarlo, Narcissa lo acompaño en todo momento y espero por él, le explico el estado de Hermione, el diagnostico del sanador, no era nada que no necesitara de descanso y buena comida.

──Te admiro madre ── Le confeso abrazándola con fuerza cuando estaban en el vestíbulo de la mansión ──Eres tan fuerte mi bella dama, gracias por todo.

Narcissa, sintió el vértigo que estas palabras causaron en ella, adoraba ha su hijo, haría cualquier cosa por él.

──No tienes por que agradecerlo ── Narcissa, acaricio la mejilla de su hijo, este negó ante su petición.

──Sin ti, yo no seria nadie, no hubiera sabido que hacer con Scorpius, te encargaste de nosotros con ese amor que solo tú podrías brindarme.

Draco, beso la coronilla de su madre, y la estrujo con más fuerza. Ella sintió el nudo bloquear su garganta y las lágrimas le picaban sus ojos, pero no dejo que se derramaran ninguna, su hijo necesitaba fuerza, y eso era lo que ella significaba para él.

<< — Ve ha descansar madre, ha sido un día muy largo y tedioso.

Draco se despidió de su madre subiendo las escaleras, corrió hacia la habitación de su hijo, necesitaba tenerlo entre sus brazos, abrazarlo. Necesitaba esa sonrisa de su pequeño que le devolvía la vida con solo verla, necesitaba que le dijera papá para saber que había hecho las cosas bien, lo necesitaba a él. Entro de improvisto a la habitación y no tuvo rastros de él, la luz estaba encendida, y la cuna perfectamente acomodada. La angustia corrió por su cuerpo, sintió perder el calor, temblar todo su cuerpo.

── ¡Scorpius! ──Grito en el cuarto vacío, llevo las manos a su cabello desordenándolo           ──¡Anastasia! ── Grito fuera de si, su cuerpo no reaccionaba.

La nana quien dormía en la habitación contigua al cuarto del bebé, corrió hasta donde Draco se encontraba con una camisola larga y una bata mal arreglada.

── ¡Cálmese! ── Se adelanto antes de que él rubio hablara y aprovechando su estado pálido le hablo ── Su esposa me pidió quedarse con el niño esta noche, dijo que necesitaba ha su familia.

El alma cayo nuevamente en el cuerpo de Draco, recobro la firmeza de sus extremidades, ya no temblaba como gelatina, tomo varias bocanadas de aire antes de salir y agradecerle a la nana.

Camino todo lo rápido que sus piernas le permitieron, ese susto le había quitado las fuerzas, abrió la puerta con sumo cuidado y entro sigilosamente, cuando acostumbro sus ojos a la penumbra, esbozo una mueca al ver a la castaña abrazar a Scorpius, como lo hacia.

──Ella sigue creyendo que es peluche ──  Susurro para si mismo, camino con cuidado, llego a la cama observo con más cuidado a su hijo, se agacho y le beso la frente al igual que hizo con Hermione, ambos parecían sumidos en un sueño profundo.

Draco se dirigió al baño, tomo una lucha larga, no quiso pensar en todo lo que paso en el día, salió del cuarto de baño con la pijama puesta, se recostó con sumo cuidado girándose hacia Hermione, la abrazo a ella por la cintura y cerro los ojos. Estaba con su familia.

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Vamos llegando al final de esta historia, gracias por su apoyo hasta este momento, son geniales. 

Soriangel M. Guzmán

Juego sucio: El precio de la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora