Juego sucio: El precio de la libertad

Verdades

"Juego Sucio"

S.M Guzmán

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Capitulo XVI

Era aquello muy necesario entonces que él le estuviera diciendo todo eso. Su corazón se detuvo por una milésima de segundo cuando él dijo que quería sentir todo eso que ella sintió cuando estuvieron juntos por primera vez.

¿Y que sintió? Deseo mucho deseo, lo abrazo a ella aun sin que sus labios se basaran refugio su cara nuevamente en su pecho, por un momento se sintió asqueada al pensar que ella pudo haberse entregado a Sirius, más en cambio hay estaba ese hombre a quien una vez ella odio tanto pidiéndole hacerle el amor.

── Quiero que me hagas tuya ── El susurro acaricio los labios del rubio. 

Quien se inclino solo un poco para atrapar su boca y acariciar su espalda, llegando hasta la cremallera del vestido tirándola fuertemente hasta que cedió por completo y callo a sus pies.

Hundió sus dedos en la piel de la espalda, quería marcarla hacerla suya, hacerla completamente su mujer porque eso era lo que ella significaba nuevamente para él su mujer y la madre de su hijo.

La cargo entre sus brazos y camino con ella hasta la cama dejándola con sumo cuidado, hizo un ademan para quitarse el saco y ella detuvo su acto apoyando sus rodillas en el colchón para lograr tener una altura prudente, jalo fuerte ambas mancas y aflojo la corbata con las manos temblando.

Él sonrió con cautela pero sin motivos de burla se acerco a ella y besos sus labios sonoramente quería hacerla sentir única, su beso rápido llevo a uno lento que fue aflorando el deseo de sus carnes, acaricio sus piernas mientras ella se aferraba a su espalda rascando la piel en pequeños aruños que a él, no le disgustaban, cuando bajo por su cuello llagando hasta sus pechos contuvo el aliento y trago hondo.

La mano del rubio jugaba con su seno, mientras sus dientes bajaban cuidadosamente la ropa interior de la chica excitante y tortuoso momento para ella. Se aferro de las sabanas cuando la lengua de él rozo su clítoris y lo succiono, llevo sus manos hasta la nuca del rubio aprisionándolo entre su parte íntima.

Quería más de esa deliciosa sensación en su cuerpo ahogo varios gemido en lo más profundo de sus cuerdas vocales.

── ¿Quieres que continúe? ── Le cuestiono él sigilosamente, ella por repuesta busco sus labios y luego bajo hasta su cuello.

── No entiendes que quiero ser tuya ── Él rubio se giro posicionando a la castaña encima, y penetrándola viendo cada una de sus fracciones cambiar ante el dolor y el deseo, acaricio su cuerpo con la yema de sus dedos sintió más vigor en él con cada gemido de ella pidiendo más, más de esa locura que la obligaba a gritar su nombre sin cordura alguna y cuando ambos sintieron llegar al climax, ella se abrazo a él y en medio de la oscuridad cuando sus ojos se cerraban, cuando las respiraciones de Draco, se hacían más calmadas escucho lo imaginable.

── Te amo mi vida ── Escapo de las cuerdas vocales del rubio quien se removió y la abrazo más a él, y allí comprendió que no solo se había iniciado un juego por la venganza ahora tendría que iniciar otra partida para el amor.

Harry miraba sin tabúes, ni disimulos a Pansy, quien solo ignoraba el hecho de tener en su espalda desnuda la mirada penetrante de él. Ginny se acerco hasta el azabache fijándose muy bien de sus actos pero comprendió todo cuando a los brazos de la ex Slytherin corrió un pequeño de tez blanca y ojos verdes, se giro observando a Harry, cuestionándolo con la mirada más él se limito a permanecer callado.

── ¿Es tu hijo verdad? ── Interrogo insistente acariciando su vientre.

── Déjame explicarte como sucedieron las cosas.

── ¿Cuándo pensabas decírmelo? ── Lo miro con sus ojos azules saltando de furia ── ¿CUÁNDO? ── Grito histérica llamando la atención de algunos invitados.

Sirius venia hacia ellos de brazos de algunos elfos domésticos ya no había muchas personas en la reunión, Harry se alarmo y corrió hacia él.

── ¿Quién te hizo esto? ── Quiso saber, el animago tenia una tos insistente solo se apoyo en su ahijado y con las pocas fuerzas que le quedaban desapareció con él.

La pelirroja respiro profundo observo a su alrededor necesitaba huir sabia lo que se avecinaba, Sirius iba ha hablar.

Ambos magos aparecieron en la sala principal de la mansión Black, Arthur y Molly corrieron hacia ellos viendo la situación en la que se encontraba el viejo hombre.

── ¿Qué te ha sucedido? ¿Quién te hizo esto? ── Exigió saber Harry, al igual que Molly.

── Tengo.. que ... decirte algo... ── Su voz salió ronca y muy baja

── ¡No primero hay que curarte!── Se adelanto Molly.

── ¡NO! ── Se negó tomando la túnica de su ahijado ── Tienes que saber muchas cosas.

── ¿Qué cosas? ── Pregunto con rabia, sin saber porque su sangre comenzaba a hervir sin motivo alguno.

── Hermione ── Nombro el animago.

── ¿Qué sucede con ella? ── Pregunto con interés el azabache las cabeceras de la familia Weasley, permanecieron en silencio.

── Discúlpame ── Pidió perdón con antelación, Harry lo miraba con incertidumbre ── Yo me involucre con ella ── Confesó el azabache sonrió con incredulidad.

── ¿Estas bromeando cierto? ── Cuestiono y él animago negó, Harry tapo su baca y revolvió su cabello con frustración ── ¡TE INVOLUCRASTE CON MI AMIGA! ── Le grito fuera de si, Sirius se mantuvo sereno, Molly bajo la cara ocultando algunas lágrimas.

── Hay más.

── ¿Más? ── Interrogo con dolor ── ¿Te acostaste con ella? ── Sirius negó ante la oración ── ¿Entonces? ¡DIMELO YA!

── Tu esposa no esta embaraza solo finge ── Lanzó la puñalada.

Arthur soltó a su mujer y camino hasta el animago, Harry quedo pasmado ante las palabras de su padrino.

── ¿Qué has dicho? ── Interrogo la cabeza principal de la manada, Sirius ignoro la pregunta olímpicamente solo miraba a su ahijado quien lo detallaba sin dar crédito a sus palabras.

── ¡NO ES CIERTO! ¡ESO NO ES CIERTO! ── Grito Molly, ahogando sus palabras en llanto ella era mujer y madre, pero sobre todo madre de esas que dan la vida por sus hijos que lo arriesgarían todo por ellos.

── ¡Es verdad! ── Interpuso el hombre ── Pero no es todo, ella si tiene un hijo ── Molly camino hasta él pero, Arthur fue más rápido lo tomo por la túnica levantándolo del suelo.

── ¡No digas tonterías!

── Tú hija Arthur, tuvo un hijo con Draco Malfoy ── El nombre quedo resonando en la sala, Arthur soltó al animago, Molly callo en el sofá ella había encontrado una foto de un bebe rubio debajo de la cama de su hija, tomo una bocada de aire tratando de tragarse el nudo que se había formado en su garganta.

La pelirroja corrió al interior de la mansión entrando sigilosamente. Subiendo las escaleras sin que nadie la viera, abrió puerta tras puerta hasta que por fin entro a la indicada, llego hasta la cuna y observo al pequeño con gran anhelo acaricio su mejilla cuidadosamente.

── Hola bebé tu madre ha venido por ti para irnos muy lejos ── Cargo al bebe entre sus brazos ── Yo te dije Hermione, que con mi hijo no te quedarías.

Le regaló su mejor sonrisa al pequeño.