Juego sucio: El precio de la libertad

Familia

"Juego Sucio"

S.M Guzmán

Capitulo XXV

Harry giro el picaporte de la puerta con suma lentitud, trago grueso al entrar en el cuarto, todo en esa habitación le recordaba a Ginny. Fijo su vista en el cabete donde estaban todos esos perfumes y cremas avanzo hacia ellos contemplándolos con gran detenimiento, recordó la sonrisa de Ginny, cuando la conoció por primera vez y se sintió cautivado por esa cabellara roja ¡Mentira! ¡Ella era una mentira! Arremetió contra los productos lanzándolos al suelo, avanzo con rapidez al armario y observo su ropa.

Su mente la recordó frente a él vestida de novia en medio de aquella ceremonia, apretó los labios con fuerza, no la amo, pero la respeto y le dio lo mejor, agarro los vestidos entre su mano estrujándolos para echarlos al suelo. Tomo una bocanada de aire para luego respirar con más normalidad. Quiso una vida perfecta, y ella pareció ser la más indicada, era dulce, tranquila e inteligente, muy inteligente para actuar de la forma en que lo hizo ¿En que diablos se había equivocado?

Se recostó de la cama echando la cabeza hacia atrás, todos parecían fallarle, estaba seguro de estar pagando el daño que le había hecho ha Pansy, con todo eso ¡Maldita sea Sirius y Ginny! Lo habían engañado. Se levanto como un resorte de la cama no podía permitirse mantenerse estar más en esa casa, en esa habitación, en esa mentira que había sido su vida en los últimos años. Busco una maleta, la tiro encima en la cama, camino nuevamente hasta el armario para tomo sus cosas, vacilo estirando su mano ¡No quería nada que le recordaba quien llego ha ser!

Se giro para salir de la habitación cuando se percato de una foto de él junto a ella en su boda, dio grandes zancadas hasta llegar a la mesa de noche, tomo el retrato en sus manos contemplándose así mismo vacío, se giro lanzando la foto contra la pared, el vidrio se volvió añicos, se quito los lentes saliendo de la habitación azotando la puerta con furia. Para después recostarse de la pared y dejar que las lágrimas fluyeran a ver si hacia encontraba calma.

Sirius observo la escena de su ahijado, la conciencia lo carcomió, quiso acercase pero no era el momento. Harry se puso de pie nuevamente limpiando el rastro de su debilidad, estuvo apunto de detener su andar cuando paso cerca de él, pero no lo hizo ya no lo importa lo que otros sentían ¡Tenia la vida demasiado jodida para preocuparse por un hombre que lo engaño! ¡Joder la traición apesta!

Camino por todo el vecindario y no encontró a donde a ir, cuanta falta le hacia un apoyo, un amigo. Recordó como trato a Hermione en el Ministerio, se sintió un cobarde, como en los últimos días, estaba agotado no había dormido nada en casi dos días.

── ¿Quien soy yo? ── Se pregunto de pronto, pero no encontró respuesta para tal duda, se recostó en un banco, mañana seria otro ── Soy el padre de James Thomas Potter ── Se contesto así mismo al recordar tal regalo que la vida le había dado.

Hermione despertó con un fuerte dolor de cabeza, abrió los ojos con suma lentitud y miro a la misma mujer que se suponía era la niñera de Scorpius, está le sonrió sutilmente acercando a ella.

── ¿Cómo esta señora Malfoy, se siente mejor? ── Pregunto amablemente acercándose hasta ella, Hermione negó con lentitud y se arrepintió del acto.