Más allá del conocimiento visible

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Hallé difícil encontrar un buen título a esto, pero como en la mayoría de los casos simplemente dejo fluir.

En el último tiempo nos hemos focalizado en hundirnos en un verdadero universo de conocimientos; buscamos, nos nutrimos. Cultivamos piezas fundamentales para nuestras vidas; entregamos “saber.”

Ahora "conocer" y "saber", son dos cosas muy distintas entre sí, pues, yo puedo tener nociones acerca de algo, pero no precisamente ser sabio en aquello.

¿Qué es ser sabio? Bajo toda esta perspectiva y en sentido bastante literal, ser sabio significa dominar aquello que "conoces", cultivándolo e inundándolo por medio de la experiencia.

Intentemos plantearlo de la siguiente manera:

Diariamente nos vemos enfrentados a diversas e innumerables problemáticas que conllevan decisiones (desde cruzar una calle con luz roja hasta ceder o no el asiento a la dama que se ha subido al bus), las cuales determinan en gran medida nuestra forma de actuar.

Conocer algo se relaciona directamente con que estamos conscientes de que 'debemos ceder el asiento' o 'no cruzar con luz roja, pese a que no hayan vehículos en la vía.' Pero, no indica que realmente 'sabemos' el por qué lo hacemos. Es simplemente mecánico. Nos lanzamos porque en 'x' momento visualizamos la situación (lo más probable que de pequeños). Solo repetimos el patrón, y aún no 'sabemos.' Y es aquí donde nos detenemos y pensamos. Buscamos la respuesta que nos parezca más obvia y que encaje lo mejor posible para tranquilizarnos, o mejor dicho,  'saciar' dicha inquietud. Sin embargo, ¿qué ocurre aquello no es suficiente?

Surge una sensación de vacío, seguida de un torrente similar a la corriente de un río o en ocasiones un leve hormigueo eléctrico subiendo por el cuerpo hasta convertirse en un fuerte impulso que nos lleva a indagar, entender, y comprender lo que nos rodea.

Nos transformamos en exploradores. La curiosidad nos embriaga tanto como a un niño descubriendo el mundo. Y solo cuando logramos entender la razón de las cosas, volvemos a respirar aliviados por unos instantes, ya que, de súbito caemos en la cuenta de que una cosa lleva a la otra, y la otra, y la otra, así sucesivamente, con una lluvia de ideas chocando ente sí, las que al converger dan paso a una larga cadena, que no necesariamente es la más resistente. Pues, conocer es relativo y transformable.

El 'saber' es concreto se ciñe a la experiencia y es el cimiento adaptable a la transformación (evolución)  del conocimiento. Pasa a ser el 'corazón' que bombea comprensión. Además es práctico.

No es lo mismo conocer con qué se construye un edificio, que saber cómo se utilizan los recursos dispuestos para ejecutar el trabajo.

Lo importante de todo esto, finalmente es aprender a cultivar ambas cosas. Nuestra mente no tiene límites, y si es que existen son muchas veces creadas por nosotros mismos. Así que si estás leyendo esto, te digo:

                                                      ¡No te detengas!

MenteWhere stories live. Discover now