Capitulo 11

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Jack se asombró al oír las palabras que emanaban de la boca de Layla.

-¿Cómo que quieres combatir?

- me siento inútil, todos van a pelear en esta guerra, y,¿ Tu pretendes que yo me quede sentada en el palacio, como si no pudiera valerme por mi misma?

-no, no es eso, pero yo te quiero... Mejor dicho, yo te amo, y no voy a permitir que nadie te haga daño.- dijo jack de la forma más romántica posible: haciendo brillar sus ojos, mediante un gesto de preocupación en su rostro, coloreandose un poco de rojo las mejillas...

Layla se sonrojó al oír esas palabras, ella también le quería, pero seguía manteniendo su idea de luchar.

-No me vas a hacer cambiar de idea, y lo sabes- dijo Layla sonriente.

-está bien- respondió Jack a regaladientes- te enseñaré a pelear, aunque nos queda poco tiempo.
Acompáñame, vamos a buscarte una armadura.

Los dos se dirijieron a la sala de armas, donde se encontraban las armaduras, las lanzas, las espadas..., en conclusión, las armas y los escudos.( no me digas, la sala de armas tiene armas )

Erá una sala muy grande, con cuadros de guerra por todas partes, con armarios en la parte derecha, llenos de armas, y en la parte izquierda, numerosas armaduras de metal; desde las más antiguas, a las más modernas.

Al final de la sala, había una puerta de madera, que se encontraba cerrada, de la que salía un ruído, como si alguien estuviera afilando algo.

-ven- dijo Jack sujetando la mano de Layla suavemente.

Se dirigieron a la parte de las armaduras, y Layla parecía no sentirse cómoda con la idea de llevar armadura, pero entendía que eso la iba a proteger, y que Jack no le permitiría combatir sin ella.

Jack miró una de las armaduras mas modernas: una maya de cota que parecía muy resistente, con unos pantalones hechos con una tela especial, que solo se fabricaba en Toerm, que era casi indestructible, y unas botas muy pesadas de metal; como la que llevaba él, que había usado para pelear con su padre.

Tras mirar la armadura, miró a Layla, y negó con la cabeza.

- ¿Qué ocurre?- exclamó Layla preocupada

- no te puedes poner esta,te quedaría muy grande.

Todavía agarrando la mano de Layla, se dirigieron a la puerta de madera de la que salía un ruído chirriante.

Al abrirla, Layla se encontró en una herreria, donde había una rueda muy afilada que giraba a una velocidad descomunal, y que provocaba que saltaran chispas, cuando ponía algún arma encima. También había un horno, que desprendía mucho calor, dentro del horno se encontraban varias armas: dos espadas, un mazo, y un martillo; todas de metal. Había cuatro moldes de cerámica: uno para un casco,otro para la parte de arriba de una armadura, otro para unas botas, y otra para unos pantalones.

Y de una zona de sombra, salió de pronto un hombre, bastante mayor, pero parecía muy fuerte.

- buenos días, mi Lord- dijo el anciano con voz aspera y escupiendo un poco de saliba al mismmo tiempo.

- buenas, señor Mel- respondió Jack - esta es Layla, princesa de Laitmeng.

- mi señora- dijo el señor Mel arropillándose ante Layla.

- no es necesario, señor - dijo Layla ayudando a leventarse al señor Mel.

- Mel, necesito que hagas una armadura para Layla-intervino Jack

- eso está hecho.

- para mañana- prosiguió Jack

El señor Mel se sorprendió, un día era poco tiempo.

El anciano se dirigió a una pequeña caja de herramientas que había en el suelo, al lado de la rueda de metal.
Y sacó una cinta métrica, para tomar las medidas del cuerpo de Layla.

Primero, la longitud de la pierna de forma vertical, 90 centímetros; después la cintura, 46 centímetros; la medida de los brazos 1 metro y 20 centímetros; y por último, la circunferencia de la cabeza, 30 centímetros.

- ya esta, señores ahora, déjenme trabajar- dijo el señor Mel en un tono muy arisco.

Jack tiró de la mano de Layla, para sacarla de la sala, y dejar trabajar al viejo.

Lo último que vió Layla fue al señor Mel coger una espada y comenzar a calentarla.

Cuando salieron de la herreria, volvieron a encontrarse en la sala de armas, y se dirigieron a los armarios, situados en la parte derecha. Había cinco.

Jack abrió uno de los armarios, y Layla vió una serie de espadas, había 9,cada cual más pequeña.

Jack le dio una de las espadas más grandes a Layla.

Jack la levantó como si fuera una pluma, mientras que Layla no pudo levantarla.

Luego Jack le dió una espada mediana, era una espada muy afilada, cuya hoja relucía.

La empuñadura estaba enjoyada, y era de color dorado, también relucía.

Layla la levantó con seguridad, y apuntó al techo. La punta destelló, y Layla se sintió cómoda con ella.

- esa es perfecta- dijo Jack.

***

HOLAAAAAAAAAAAA!!!!

ESTE CAPÍTULO NO ES EL MÁS EMOCIONANTE, PERO EL PRÓXIMO CAP. ES EL ENTRENAMIENTO, Y LUEGO LA GUERRA,,!!!!!! WIIIII!!!!

ME ALEGRO QUE A MUCHOS OS HAYAN GUSTADO LOS CAPÍTULOS ANTERIORES ;)

Y, JACK Y LAYLA HAN TENIDO SU PRIMERA PELEITA!!! QUE MONOS!!!

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:)

Los Cuatro Elementos: La Guerra UniversalWhere stories live. Discover now