De misterios y nuevos caminos

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1.

Los pies del joven profesor se resistían a seguir, dando pesados pisotones amortiguados en el suelo arenoso, hasta que lo hicieron detenerse del todo con las manos en sus rodillas y unos mechones del cabello café oscuro cayendo en desorden por su rostro.

—Vaya, al fin paramos —dijo Isaías Jordan a sus espaldas, entre dificultosas respiraciones—. No puedo creer que me hayas hecho huir de Campanita.
—Ja —río Mosh con sarcasmo—. Si hubiera sido Campanita ya no tendrías piel sobre los huesos.
—¿Ahora qué cuentos son esos? ¡Estamos hablando de hadas! Son cositas pequeñas, brillosas y amigas de los niños, ¿no?
—No, no. Estamos hablando de hadas —respondió el profesor sacando una pequeña libreta de notas de uno de los tantos bolsillos que parecía tener—, quienes resultan ser las criaturas antropófagas más veloces del Libro —continuó, haciendo algunos apuntes rápidos—. Campanita es algo así como su reina autoproclamada, una niñata psicópata con delirios de grandeza. ¿Seguro que eres mi sobrino? —preguntó sacudiendo la cabeza con decepción—. Debo recordar darte mejores lecciones cuando salga de aquí.
—Fue lo mismo que prometiste hacer antes de dejarnos —replicó Isaías con la voz ronca—, pero como podrás notar no eres muy bueno cumpliendo promesas.
—Hay, tranquilo, vaquero, te dije que no sé nada sobre eso —respondió Mosh quitándole importancia con un gesto, a la vez que volvía a guardar su libreta—. Para mí época ni siquiera existes. La última vez que vi a mi hermana, ella era soltera y ni siquiera había tenido novio. Lo mejor será que olvides eso por ahora y tratemos de salir de aquí, ¿quieres?

Mientras hablaban fueron sentándose en el suelo. La tierra gris bajo ellos se sentía fresca y decidieron descansar por unos instantes, apenas iluminados por una tímida luna que se asomaba indecisa tras las nubes de color lila.

Quien les hubiera observado en aquel momento, habría notado la sincronía en sus movimientos, los gestos imitados de manera inconsciente por un niño ante el hombre que había admirado y querido durante tantos años.

—¿Cómo vamos a salir? —preguntó Isaías viendo la luna que, por alguna razón, le recordaba a Clara—. Aún sigo sin entender qué se supone que debo hacer. Cuando abrí el libro la primera vez, no se me explicó demasiado, apenas y conocí la historia del cuento mágico de la creación— agregó dejándose caer de espaldas para contemplar el siempre sorprendente paisaje de aquel lugar.
—Se llama Libro de la Verdad —aclaró Mosh.
—Como tú digas, sólo ayúdame a entender. Se supone que el tal Sagrav arruinó el «felices para siempre» del Autor y por eso la vida es tan horrible hoy en día, ¿voy bien?
—Una visión bastante simplista, pero supongo que tienes el punto. Continúa.
—Desde entonces un montón de personas han intentado recuperar las historias mientras aparece el héroe que va a solucionarlo todo y, por alguna razón, tú crees... el otro tú, quiero decir... creía que yo sería importante en todo eso.
—Cuando recibí mi tinta —dijo el profesor cambiando aparentemente de tema—, los pocos que había en la orden pensaban que yo sería el Último Autor —enmarcó las últimas palabras con un movimiento de su mano, como si imaginara aquel título expuesto en una marquesina—, pero al final fui nombrado un simple Recolector, un buscador de historias. Poco más que un cuenta cuentos. —Mientras hablaba, sus ojos contemplaban la distancia con algo parecido a la añoranza—. Son confusos los designios del Autor.
—¿A qué te refieres?
—La más grande de los Autores Viajeros, los mensajeros del Autor en el mundo de los hombres, profetizó que nuestra familia llevaría la marca del Último en su sangre —contempló con tristeza sus manos antes de continuar—, por eso pensaron que en mi nombramiento se me declararía como el elegido, pero al parecer había sido una interpretación muy sencilla, ¿sabes? —Una sonrisa amaga cruzó su rostro y continuó—. Tenía que descubrir mi propia misión, así que comencé mis viajes para averiguarlo y tratar de demostrar lo que valgo. Por fin creo que descubrí lo que tenía que hacer antes de caer aquí: encontrar al Heraldo del Último. Creo que esa es tu parte en esta historia.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2017 ⏰

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