Niña perdida

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Oneshot: Chick-Lit. #HWAwards2017 // Clara Luna.  

1.

Otro día de escuela haciendo tonterías con los muchachos mientras esperamos al profe Mosh, mi maestro favorito y el único con quien tomo clase en estos tiempos.

En realidad debí haber salido de la preparatoria hace un par de años, pero por esa época conocí al maestro de literatura cuando papá me llevó a la casa de don Joaquín para festejar a su esposa, la señora Ana María. Ella hace los tacos de frijoles con queso más ricos del mundo. Mi papá cree que es porque usa frijol del mercado en lugar de comprarlo en la tienda, pero yo pienso que...

No es de lo que estaba hablando, ¿cierto?

Perdón, tengo una facilidad sobrehumana para olvidar las cosas, aparte de que me cuesta concentrarme. Si no fuera porque Julio casi me da en la cabeza con la pelota de básquetbol, ni siquiera recordaría que les estaba hablando de mis amigos.

Es curioso, pero en la clase de literatura no me va tan mal, sobre todo desde que el profe me regaló ese libro de etimología o aquél otro sobre las creencias de las culturas antiguas y el texto corto sobre la época que llaman posmodernismo, allá por el siglo XX o algo así, donde ya nadie creía en nada.

Aunque ya terminé mis estudios «oficiales», cualquiera puede tomar la materia del profe Mosh. Con él se me hace difícil creer incluso que estamos en la escuela, ¿saben a qué me refiero? En un instante caminamos por el laberinto del minotauro y al siguiente estamos navegando con el capitán Nemo, damos un paseo acalorado con Dante o volamos sobre una escoba por el colegio de magia y hechicería más famoso del mundo.

Para la clase de hoy vamos a estudiar sobre Caperucita, algo que todos tomaron como una broma, pero sé que el maestro tendrá preparado algo sorprendente. Es como si realmente hubiera estado en todas esas historias y nos mostrara rincones del paisaje que normalmente se nos pasan por alto.

Es extraño, se está haciendo tarde muy rápido. Me pregunto qué habrá pasado. Los muchachos ya no están, ¿cómo es que no lo noté? Todo se está poniendo oscuro, creo que me voy a quedar dormida. Lo raro es que siento como si estuviera despertando.

¿Por qué hace tanto frío?

2.

Ya no estoy en la escuela,  ¿qué lugar es éste, la casa de Jordan? Estoy muy confundida.

Mi ropa está rota, pero... ¡Ay, la cabeza me mata! No puedo recordar nada. Me asusta lo que puedan haberme hecho.

—¡Jordan! —grito de miedo y porque no veo nada—. Isaías Jordan, ¿dónde estás?

No contesta, tendré que ir a buscarlo, debe estar en problemas. Bueno, yo tampoco estoy muy bien, pero se supone que debo pensar primero en los demás, ¿no es cierto?

Me preocuparé por eso después, presiento que ahora tengo que salir de aquí.

¿Han tenido una intuición que no pueden evitar seguir? Eso me pasa desde que conocí al sobrino del profe Mosh.

Cierto, el profesor murió. Fue lindo soñar con él, pero es horrible recordar que falleció enfrente de nosotros. Sólo pensarlo me revuelve el estómago.

Ese fue el día en que mi vida empezó a cambiar.

Todo da vueltas en mi cabeza mientras camino torpemente por las calles de San Nazareo, que pareciera haberse convertido en un pueblo fantasma. No es sólo mi torpeza normal, sino que mi mente se encuentra obnubilada de momento.

El Libro de las Historias PerdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora